Vuelven a sus casas indígenas desplazados del municipio Aldama.
- Habitantes se mantienen en alerta ante el riesgo de nuevos ataques, indican
Tapachula, 05 de marzo del 2020.— Con temor e incertidumbre, indígenas tzotziles del municipio de Aldama retornaron ayer a sus comunidades tras ser desplazados por un grupo armado, que dejó a una persona herida por arma de fuego en la comunidad de Santa Martha, Chenalhó.
De acuerdo con don Alonso, de la comunidad de Xuxchen, la mayoría de los hombres, mujeres, niños y adultos mayores, que el pasado martes huyeron a las montañas para resguardarse de los disparos de armas de fuego, decidieron regresar a sus viviendas debido a que han cesado los disparos.
Sin embargo, dijo que la comunidad se encuentra en alerta, porque temen que en cualquier momento reinicien los ataques armados.
Por su parte, representantes de las 134 comunidades de Chenalhó, incluidos de Santa Martha, se reunieron la noche del martes con el secretario de Gobierno, Ismael Brito, en Palacio de Gobierno, donde también llegó herido por arma de fuego Lorenzo Ruiz Hernández, quien explicó que estaba trabajando en su terreno a las 10 de la mañana, cuando llegaron a dispararle personas no identificadas, pero que pudieron haber sido de Aldama.
Al concluir la reunión, los indígenas de Chenalhó acusaron a los de Aldama de ser quienes realizan los disparos hacia la comunidad de Santa Martha, pero luego éstos les devuelven la culpa.
Explicaron que el secretario de Gobierno les pidió un plazo de seis días para restablecer la paz y tranquilidad entre Chenalhó y Aldama, que se disputan 60 hectáreas de tierras donde hay un manantial.
“No queremos derramamiento de sangre, vamos a seguir dialogando para que haya solución y alcanzar la paz”, indicaron.
Los tzotziles dijeron que en la comunidad de Santa Martha ninguna persona fue desplazada.
Admitieron que mantienen una disputa por 60 hectáreas de tierras que, refirieron, les pertenecen, pues gobiernos anteriores manipularon a los pobladores de Santa Martha.
Hicieron un llamado a los gobiernos del estado y federal para que resuelvan el conflicto agrario que mantienen ambos municipios que ha provocado el derramamiento de sangre y constantes desplazamientos forzados intermitentes de indígenas.