Vence Cruz a Trump en primarias en Iowa
Iowa, Estados Unidos.- El proceso electoral que definirá quién será el sucesor del Presidente Barack Obama en Estados Unidos arrancó hoy con más de una sorpresa.
Contra lo que habían pronosticado varias encuestas, ni el magnante Donald Trump, del lado republicano, ni el senador Bernie Sanders, del lado demócrata, se hicieron con la mayoría de los votos.
Además, dos precandidatos abandonaron la carrera presidencial: el ex Gobernador de Maryland y demócrata Martin O’Malley, y el ex Gobernador de Arkansas y republicano Mike Huckabee.
Con el 90 por ciento de los votos contabilizados, entre los republicanos el senador por Texas Ted Cruz ganó el 27.7 por ciento de los mismos, lo que lo colocó por delante de Trump, que se hizo con 24.4 por ciento.
En un consolidado tercer lugar se posicionó el también senador por Florida Marco Rubio, con el 23.0 por ciento.
Del lado demócrata, con el 92 por ciento de los votos, la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton se posicionó por un margen muy estrecho por encima del senador por Vermont Bernie Sanders, con 50.2 por ciento de las preferencias contra 49.3 por ciento.
En tercer lugar quedó el ex Gobernador O’Malley, con el 0.5 por ciento.
El fin de semana, una encuesta elaborada por Des Moines Register/Bloomberg News daba una victoria a Trump con el 28 por ciento de las preferencias, y posicionaba a Cruz en segundo lugar con el 23 por ciento, y a Marco Rubio en el tercer puesto con el 15 por ciento.
Del lado demócrata, la encuesta daba una estrecha ventaja a Clinton con un 45 por ciento de las preferencias frente a 42 por ciento de Sanders.
Sin embargo, la última encuesta del día, la de la Universidad de Quinnipiac, daba a Sanders una ventaja de tres puntos sobre Clinton y a Trump de siete puntos sobre Cruz.
Tras conocerse los resultados, Trump reconoció los resultados, con todo lo que ello implica, en su mayoría.
El magnate dio las gracias en un breve discurso en el hotel Sheraton en Des Moines, elogió a Huckabee e inclusive felicitó a Cruz.
Sin embargo, también reservó una felicitación para sí por los resultados, pues, dijo, le habían dicho que apenas y podía competir allí.
Además, notó que para las siguientes primarias, las de New Hampshire, tiene una ventaja de dos dígitos.
“¡Son casi 28 puntos”, resaltó.
Más temprano su discurso era muy distinto.
Casi como si sospecharan la imprevisibilidad de los resultados, los precandidatos suavizaron sus mensajes.
Trump, por ejemplo, se negó a pronosticar el resultado de la primera elección y, en diálogo con ABC, admitió que estaba “un poco nervioso”.
Pese a que el caucus en Iowa no es representativo del resto del país y su ganador rara vez coincide con los nominados de los partidos, y más aún con los que obtienen la presidencia, el resultado es un golpe significativo para el magnate.
Iowa era la primera prueba real de si Trump podía convertir en votos la legión de seguidores atraídos por su directa retórica populista
Al final, las sofisticadas estrategias trabajadas durante meses por Cruz y Clinton para ganar votos demostraron dar frutos.
Cruz diseñó su campaña a la medida de otros que ganaron en Iowa en el pasado, visitando los 99 condados del estado y cortejando a influyentes líderes evangélicos y conservadores.
El estado parece hecho a medida para su combinación de conservadurismo sin compromisos.
En un intento de mitigar las expectativas, sin embargo, Cruz afirmó el domingo que simplemente está contento con estar en la lucha.
“Si hace un año me habrían dicho que a dos días de los caucus de Iowa estaríamos igualados, empatados en la práctica por primera vez en el estado de Iowa, me habría entusiasmado”, aseguró Cruz.
Desconocido hasta no hace mucho en Iowa, Ted Cruz es hoy uno de los líderes de las encuestas.
Fue elegido senador en 2012 por Texas pese a su limitada experiencia política, cuando cobijado por el Tea Party derrotó a un candidato con décadas de experiencia y grandes conexiones con los conductores del Partido Republicano.
Desde entonces se ha manejado con total desparpajo, sin importarle lo que piense el establishment republicano, y ha hecho algunas maniobras quijotescas en el Senado para oponerse al Presidente Barack Obama.
Su estilo irrita incluso a algunos correligionarios como el senador John McCain, quien lo describió como un “pájaro loco”.
A Cruz estas cosas le tienen sin cuidado y le dice al electorado: “Si ven un candidato que le cae bien a Washington, salgan corriendo”.
El senador pasó los últimos días de campaña centrado en Rubio, intentando garantizar que el senador de Florida no se cuela en segundo lugar.
Muchos republicanos consideran a Rubio una opción más tradicional que Trump o Cruz, y precisamente fue él la segunda mayor sorpresa de la noche.
Hijo de inmigrantes cubanos, llegó al Senado nacional impulsado por el fervor generado por el tea party en el 2010 y desde entonces ha ampliado su base.
Con sus 44 años, atrae a muchos votantes jóvenes, un sector con el que los republicanos siempre han tenido problemas, y haría historia como el primer Presidente hispano.
Recauda mucho dinero y es muy requerido. Se esperaba que se fajase con Jeb Bush, su antiguo mentor, pero los dos han sido desplazados del centro del escenario por Trump y Cruz.
Rubio a que, a la larga, los republicanos se unirán detrás suyo y logrará los delegados suficientes para quedarse con la nominación. Últimamente se ha presentado como un ferviente conservador evangélico, duro en temas de seguridad nacional, solidario con los migrantes que están en el país ilegalmente y como alguien que puede captar nuevos votos para el Partido Republicano.
Sus rivales lo pintan como alguien que cambia continuamente de posturas y que no asoma demasiado por el Senado.
El peso de Iowa
Las asambleas de partido en Iowa, conocidas como caucus, dan comienzo a las primarias para elegir a los candidatos presidenciales de 2016.
Se abre así una nueva etapa en una accidentada campaña electoral que ha mostrado la profunda frustración de los estadounidenses con Washington y dado espacio a candidatos a los que pocos veían con opciones de victoria cuando entraron en la disputa.
Iowa ha ofrecido resultados dispares a la hora de elegir a los candidatos de los partidos.
Los dos últimos ganadores de las asambleas republicanas -el ex Gobernador de Arkansas Mike Huckabee y el ex senador de Pennsylvania Rick Santorum- vieron sus opciones desvanecerse al avanzar la carrera, pero la inesperada victoria de Obama en 2008 fue clave para su camino a la candidatura, al calmar las preocupaciones de los que temían que el joven senador negro tuviera problemas para conseguir votos de blancos.
Aunque ambos partidos celebran sus caucus la misma noche, lo hacen con reglas distintas.
Los republicanos votan con papeletas secretas. Los 30 delegados republicanos del estado se asignan de forma proporcional en función del voto en todo el estado.
Los demócratas tienen una estrategia más interactiva, en la que los votantes forman grupos y declaran públicamente su apoyo a un candidato.
Si el número de personas en un grupo es menor del 15 por ciento del total, pueden elegir no participar o sumarse al grupo de otro candidato viable.
Esas cifras se asignan de forma proporcional en función de la votación en el estado y distritos de Congreso, y los demócratas de Iowa determinan sus 44 delegados para la convención nacional.
Redacción Reforma