Pachuca, Hidalgo, 6 de mayo 2015
- El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños
- De no tratarse a tiempo, puede limitar la actividad del paciente durante toda su vida
La exposición a alérgenos como los ácaros del polvo doméstico, presentes en las camas, alfombras y muebles, representa el principal factor de riesgo del asma, por lo que una deficiente higiene en el hogar puede afectar considerablemente a quien lo padece, señaló el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Delegación Hidalgo.
Así lo detalló la doctora Elvira Elvia Escobar Beristain, coordinadora auxiliar de Salud Pública en la Institución, quien proporcionó algunas medidas que deben poner en práctica los pacientes o los padres de éstos, en caso de tratarse de niños, para evitar que la enfermedad se agrave.
Detalló que el enfermo debe contar en la medida de lo posible con un dormitorio individual, bien ventilado y sin humedad, así como contener los muebles exclusivamente indispensables como son una cama, un armario y una mesita, evitando los libros, juguetes (especialmente los de peluche), posters y alfombras.
Lo anterior, debido a que los ácaros del polvo doméstico, principales alérgenos asociados al asma, suelen tener mayor presencia en las camas, muebles y objetos diversos, así como en alfombras y cortinas, razón por la cual se debe extremar su eliminación a fin de evitar que se agrave el cuadro asmático.
Por ello es necesario limpiar el dormitorio por las mañanas, con la ventana abierta y sin la presencia del enfermo, con el uso preferentemente de paños húmedos y aspiradora para eliminar el polvo sin que éste se disemine, así como extremar la limpieza de colchones, almohadas, cobijas y fundas de cama.
La doctora Elvira recordó que el asma es una enfermedad crónica que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea y sibilancias, que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra. Los síntomas pueden sobrevenir varias veces al día o a la semana, y en algunas personas se agravan durante la actividad física o por la noche.
Señaló que pese a que su tasa de letalidad es menor comparada con otras enfermedades crónicas, es una de las que más presencia tiene en niños y que de no diagnosticarse a tiempo puede limitar la actividad del paciente durante toda su vida.
Los síntomas recurrentes causan con frecuencia insomnio, fatiga diurna, una disminución de la actividad y ausentismo escolar o laboral, por lo que invitó a acudir a las clínicas y unidades médicas, así como poner en práctica estos consejos para llevar un adecuado control de la enfermedad.
