UE le dice a Trump que ‘no negociará con una pistola en la cabeza’
- La reunión de ministros de finanzas del G20 en Argentina expone el cisma en el comercio mundial.
El cisma en las relaciones comerciales mundiales quedó al descubierto en una reunión de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 en Argentina durante el fin de semana, quienes advirtieron que el aumento de las tensiones comerciales podría debilitar la economía mundial.
Bruno Le Maire, el ministro de finanzas francés, dijo que la UE no entablaría negociaciones comerciales con EU “con una pistola en la cabeza”, refiriéndose a la postura comercial más agresiva adoptada por la administración Trump, la cual incluye la imposición de aranceles al acero y aluminio europeos.
Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de EU, dejó en claro su disposición a firmar acuerdos de libre comercio, mientras que a la vez insistió en que los aranceles compensatorios europeos sobre productos específicos como el whisky Bourbon y las motocicletas Harley-Davidson no estaban perjudicando la economía estadounidense.
En la reunión del G20 no hubo avances hacia la distensión de las tensiones, aunque un proyecto de comunicado se refirió a “la necesidad de intensificar el diálogo y las acciones para mitigar los riesgos y aumentar la confianza” en relación con el comercio.
“Esta tensión no es buena para nadie”, dijo Marcello Estevão, viceministro de finanzas de Brasil, a un grupo de periodistas el domingo, dejando entrever una clara frustración por la falta de avances en el fortalecimiento del multilateralismo en el comercio internacional.
Pierre Moscovici, comisionado de la UE para asuntos económicos y financieros, dijo que las tensiones comerciales eran altas en un momento “muy difícil”, en el que el multilateralismo se encontraba “bajo una gran presión”.
Scott Morrison, tesorero de Australia, fue más positivo: “Todos entienden muy claramente que se debe evitar un autogol”, dijo al Financial Times, prefiriendo caracterizar el tono de las conversaciones como “sincero, honesto y práctico” en lugar de tenso.
El G20 señaló que la economía mundial aún estaba creciendo a un ritmo saludable, pero resaltó las advertencias del FMI, entre otros, de que la expansión se veía cada vez más amenazada por la guerra arancelaria y la debilidad en algunas economías emergentes.
El proyecto del comunicado dijo que los riesgos para el crecimiento “incluyen el aumento de las vulnerabilidades financieras, el aumento de las tensiones geopolíticas y comerciales, los desequilibrios mundiales, la desigualdad y el crecimiento estructuralmente débil, especialmente en algunas economías avanzadas”.
Tras las amenazas hechas el viernes por el presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles a todas las importaciones procedentes de China, EU intentó desviar la atención hacia las prácticas comerciales de otros países en la reunión del G20.
Mnuchin dijo que las represalias de la UE contra los aranceles estadounidenses al acero y al aluminio no estaban teniendo un efecto generalizado en la economía estadounidense, incluso aunque algunos sectores “micro” pudieran estar sufriendo.
Mnuchin llamó a la UE para que participen en negociaciones sobre un acuerdo de libre comercio transatlántico, y le pidió a Europa que cambiara sus políticas en “los tres temas”: aranceles, barreras no arancelarias y subsidios.
Esto fue recibido con frialdad por parte de los representantes de la UE.
Moscovici dijo que la UE respondería “firmemente” a las acciones proteccionistas, respetando las normas de la OMC, pero que “siempre estamos dispuestos a hacer un esfuerzo adicional para construir puentes”. Señaló el viaje del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a EU la próxima semana.
Los comentarios mordaces en Buenos Aires sobre los aranceles estadounidenses y las represalias de sus socios comerciales eclipsaron las esperanzas del presidente argentino Mauricio Macri de que la reunión podría contribuir a exhibir el regreso de su país a la comunidad internacional.
La tensión se extendió a las calles alrededor de la sede de las reuniones del G20 en Buenos Aires, donde se desplegaron fuertes medidas de seguridad para contener a los manifestantes que protestaron fuertemente contra el regreso del FMI a Argentina.
Macri se vio obligado a solicitar un rescate de 50 mil millones de dólares del FMI en junio, después de que el peso perdiera casi un tercio de su valor ante el dólar.
Benedict Mander y Chris Giles | Financial Times