Trabajar con plastilina fomenta concentración y estimula creatividad de los niños.
Niños, hermanos, padres y abuelitos, todos juntos pueden tener una tarde desestresante y olvidarse por unos momentos del aislamiento social obligatorio y el Coronavirus, moldeando figuras de plastilina. Los niños hiperactivos encuentran en fabricar ‘monitos’ una válvula de escape a la ansiedad que les ocasiona el cambio de rutina provocada por Covid-19.
Según expertos practicar con plastilina estimula la creatividad, desarrolla la motricidad fina, potencia la concentración y permite la expresión emocional.
“Facilita la expresión emocional porque si se sienten tristes, frustrados, enojados se expresan a través de estas pequeñas formas de arte de plastilina y de los colores. Lo utilizan como una válvula de escape y en estos momentos de encierro para los niños es muy interesante encontrar un vehículo para expresar sus emociones: coraje, frustración. Les resulta muy positivo”, comentó a El Heraldo de México, Edgar Martínez, maestro de plastilina.
Los pequeños que son inquietos por naturaleza encuentran en esta disciplina una forma de volcar su creatividad y logran concentración para adquirir conocimiento nuevo. En unos minutos observan como se va transformando un pedazo de plastilina en una figura que cobra vida en su imaginación.
“Es muy gratificante que de la bola de plastilina salen con una figura terminada. Además, aprenden a diferenciar los colores y las formas. Animarlos a jugar con la plastilina es una excelente manera para distinguir los colores y tonalidades, para que ellos tomen el concepto de la forma, el volumen, el tamaño.
Cuando los niños trasladan a la plastilina, las figuras que ven en su día a día, se dan una idea muy exacta de las proporciones y el volumen de las formas”, añadió el también conocido como “Edgar, el Plastilinero”.
Cuando el niño tiene la libertad de elegir los colores a moldear expresa también su estado de ánimo y su personalidad. Por ejemplo, las niñas suelen preferir el color rosa, muchas veces por cultura aprendida.
“Fomenta el desarrollo de la personalidad, si el niño juega libremente con la plastilina, le permite expresar sus gustos y reafirmar su realidad. Les permito que elijan los colores, si va a ser un elefante puede ser rosa, verde, morado, el niño elige los colores que desea, está reflejando su personalidad en las figuras”.
Los niños que eligen el color morado suelen ser sentimentales pero introvertidos. Los niños que optan por el color marrón por lo regular son sencillos y naturales. Los pequeños que escogen el color negro les gusta el control y el poder pero con grandes talentos artísticos.
‘El Plastilinero’ logra en pocos minutos que niños de 4 a 6 años hagan figuras básicas como un cerdito, un elefante o un koala. “Son figuras que les traen gran alegría y regocijo. El arte de la plastilina, es un mundo independiente”, dice confiado.
Con información de: https://heraldodemexico.com.mx/