Tamales, tradición presente en diversos festejos de Nuevo León
Monterrey, NL., 18 de octubre de 2016.- El tamal es uno de los manjares mexicanos consumido en Nuevo León en cualquier época del año, principalmente en temporada navideña y el Día de la Candelaria, y los preferidos son los de carne de puerco, pollo, frijoles y queso con rajas.
La cocinera Lucía Torres indicó que “siempre buscamos los tamalitos para sacarnos de un apuro, como cuando no alcanzó el tiempo para cocinar, y es que nunca se desperdician porque se pueden guardar en el refrigerador y no se echan a perder”.
Este delicioso y milenario alimento se vende por todos los rumbos de la zona metropolitana, casi a cualquier hora del día y los regiomontanos lo buscan porque es muy práctico, sólo se le agrega una salsa y en algunos casos algo de crema o guacamole.
“A la gente de aquí le gustan los tamalitos más bien flaquitos, no muy grasientos, pero eso sí, que vengan bien embarraditos de carnita de puerco, de pollo, de frijolitos o de queso con rajas”, expresó Lucía.
Agregó: “A otros les gustan con guisados, revueltos con nopalitos, algunos con pibil, y hay personas que prefieren los de dulce como para el postre”.
Explicó que la masa se prepara con granos de maíz cocidos y se lleva a algún molino, aunque la mayoría de las personas adquiere el nixtamal ya preparado en las tortillerías de barrio.
Refirió que al preparar la masa, se utiliza manteca de puerco, sal, rexal y, en caso necesario, chile rojo licuado para dar algo de color, amasando por varios minutos hasta alcanzar una consistencia suave.
Para corroborar que la masa “está en su punto”, las amas de casa tradicionales colocan un poco de la masa en un vaso de agua que al flotar indica que está lista para el siguiente paso.
Mientras se lleva a cabo este procedimiento, las hojas de tamal se lavan con agua hirviendo, se le aplica un poco de cloro para tener más limpieza, luego se enjuagan y se colocan de nuevo en agua para suavizarlas y facilitar su manejo al momento de embarrar.
Se ponen a escurrir las hojas y luego se unta la masa en hojas de maíz, humedecidas un poco, y después se le se añaden los guisos, de acuerdo al gusto de quienes los elaboren.
Para los tamales de carne de puerco, frijoles y queso con rajas, el uso de chile ancho y chile de cascabel es esencial, con un chorro de vinagre, y en el caso de los tamales de pollo, van con tomate verde de fresadilla.
Para darles un buen punto, los tamales deben ser cocidos en una vaporera por espacio de 60 a 75 minutos, aunque el tiempo varía de acuerdo a la cantidad que se vayan a preparar.
También existe cierta demanda por los tamales dulces, muy en particular para deleitarlos a manera de postre, aunque no en la misma proporción que los tradicionales de carne, frijoles y pollo.
Con un buen sistema, los tamales ya cocidos pueden ser refrigerados hasta por un lapso de dos meses y de nuevo recalentarlos, ya bien en microondas o en un comal, para que el comensal los pueda comer sin riesgo para su salud.
En promedio, un ciento de tamales se comercializa a 400 pesos en los negocios especializados en comida, en tanto que en tiendas de autoservicio el precio se incrementa hasta 550 pesos.
Durante los últimos años, además de estos tamales, en varios mercados rodantes en la periferia se instalan comerciantes para ofrecer tamales estilo Mérida, Oaxaca, Chiapas y Veracruz, así como de otras regiones del país, los cuales se caracterizan por utilizar hoja de plátano en lugar de la de maíz.
Asimismo, sus rellenos y forma de prepararlos son diferentes a los que se elaboran en esta zona del país, pero han ganado terreno en el paladar del regiomontano.
Los tamales comienzan a tener una creciente demanda a partir de noviembre y por ejemplo, en la Basílica de Guadalupe, los feligreses en las peregrinaciones consumen este rico producto en grandes cantidades.
A lo largo de la temporada decembrina los expendios de tamales en la entidad registran las mejoras ventas del año, luego viene la fecha tradicional del Día de la Candelaria y la demanda aumenta.
Con información de: http://www.20minutos.com.mx/