Se alista reunión trilateral: Guajardo
México, 28 de agosto del 2018.- A final de este día o más tardar mañana se prevé realizar una reunión ministerial entre México, Estados Unidos y Canadá para retomar la renegociación trilateral sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a partir de los avances alcanzados con el acuerdo bilateral que se dio a conocer ayer, anunció el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Aunque permanece en Washington con todo el equipo negociador y el “cuarto de junto” del sector empresarial para reanudar la renegociación con Canadá, Guajardo hizo las declaraciones anteriores a distintos noticiarios de radio y televisión, en un carrusel de entrevistas que comenzó desde las siete de la mañana y concluyó horas después para explicar el contenido del acuerdo de entendimiento comercial alcanzado con Estados Unidos y los logros o beneficios que implicarán para México.
Lo mismo hicieron Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores, y Jesús Seade, designado por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, como jefe del equipo negociador del próximo gobierno.
Guajardo advirtió que en caso de que no se llegue a un acuerdo en principio con Canadá sobre el TLCAN, entonces el acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos tendrá que revisarse porque fue negociado pensando en los tres países de América del Norte y deberá “reajustarse” en algunos temas, como las reglas de origen del sector automotriz, para que se tomen en cuenta sólo a las dos naciones.
Sin embargo, descartó que volver a la mesa de negociación con Estados Unidos implique más demoras y complicaciones porque como ya existe una definición conceptual de cómo negociar “no sería una batalla campal como lo fue antes”.
También desestimó que el cambio de un tratado trilateral por otro bilateral represente un problema para que sea revisado y, en su caso, aprobado por el Congreso de Estados Unidos, aun cuando éste autorizó al gobierno del presidente Donald Trump renegociar el TLCAN bajo ese entendido.
Se trata de una interpretación de las leyes estadunidenses, dijo, y sostuvo que el mismo gobierno de Trump aseguró al equipo negociador mexicano que pueden solicitar al Congreso de su país la autorización del acuerdo bilateral entre México y Estados Unidos. En cambio, legisladores de su país aseveran que la autorización que se le dio a Trump sólo es para renegociar el TLCAN y se requerirá iniciar otro proceso para cualquier otro acuerdo comercial.
Trump no se puede echar para atrás en el acuerdo porque ya está claramente delineado en 90 o 95 por ciento, dijo Guajardo. De cualquier manera, confió en que se logre el acuerdo trilateral pues dijo que aunque Canadá estuvo ausente de la renegociación durante las últimas seis semanas, el equipo de México mantuvo una comunicación permanente con funcionarios de ese país para informarles sobre las propuestas discutidas con Estados Unidos y los logros alcanzados al respecto, así que no se reincorporarán a la negociación partiendo de cero.
El secretario afirmó que todos los sectores productivos del país están “contentos” con el acuerdo bilateral, particularmente el automotriz y el agropecuario, pues ponderó que con él se garantizan inversiones, más y mejores empleos bien remunerados y crecimiento económico para el país.
Propuesta de Seade sobre cláusula sunset destrabó la negociación
En una entrevista conjunta por televisión, el canciller reconoció, elogió y agradeció la participación de Seade en la negociación con Estados Unidos al considerarla fundamental para destrabar las discusiones y asegurar que no sólo fue “un observador”, como éste se ha autocalificado, sino que fue “un observador muy constructivo con ideas muy concretas que hoy son parte del acuerdo con Estados Unidos“.
Fue Seade, dijo, quien presentó la propuesta de que el TLCAN sea revisado cada seis años y se extienda durante 16 años, con posibilidades de renovarse, y con la cual se logró eliminar la cláusula sunset o de “muerte súbita” del tratado cada quinquenio, presentada por Estados Unidos con una posición “francamente inflexible” y que para México representaba “una raya roja” que no iba a aceptar ni cruzar.
Seade aclaró que la propuesta original fue del secretario Guajardo, quien planteó que el tratado fuera revisado cada quinquenio en lugar de aplicarle la muerte súbita pero reconoció que le agregó dos ideas más para que sea una revisión con consecuencias cada seis años. Se trata, dijo, de identificar y hacer exámenes a fondo a diversos sectores para hacerles aclaraciones y recomendaciones sobre los puntos en que no funcionen para que actualicen a futuro, con un horizonte de 16 años que dé tiempo a los productores de adaptarse.
Consideró que el mayor mérito de su propuesta es político porque la decisión de permanecer o no en el TLCAN corresponderá tomarla a dos presidentes de Estados Unidos y dos de México, porque el plazo de 16 años se empata con los tiempos electorales, entonces así no queda sujeto al capricho de un solo mandatario, como ocurrió con Trump, y con ello se ofrecen garantías a los inversionistas.
“Tuvimos la oportunidad de hacer esa contribución. Estados Unidos amenazaba con la cláusula sunset (ocaso) y nosotras ya la rebautizamos con sunrise (sonrisa)… La negociación estaba entrampada, había 22 capítulos muy avanzados en la renegociación y varios no suficientemente discutidos y logramos meter ruido, cambiar jugadas hacia soluciones de cierre”, comentó Seade en entrevista radiofónica.
Seade ponderó que otro tema en el que intervino y logró cambios a nombre del próximo gobierno fue en el tema energético, donde logró cambios en la estructura, concepto y redacción porque estaba escrito con lenguaje que salía de la reforma energética en la que López Obrador no está de acuerdo, aunque haya reiterado que no la va a echar pero aceptar el texto tal como estaba era avalarla.
“Entonces lo que tuvimos que hacer fue un ejercicio muy profundo de renegociación con todas las partes involucradas. No del contenido, sino del lenguaje, un cambio político en el cual no se hace ninguna referencia directa a la reforma y se pone como punto de partida la soberanía del Estado mexicano sobre el manejo del sector energético y se establecen compromisos y derechos de México en una firma independiente del lenguaje de la reforma”, puntualizó.
Por Susana González G. | La Jornada