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Se acabó el baile; Cruz Azul, fuera de la liguilla

CIUDAD DE MÉXICO, 08 de mayo de 2016

Morir a plazos, en el último minuto, partido o tiro de esquina, se ha vuelto costumbre en Cruz Azul, más que una sorpresa. Cada vez que existe la oportunidad de ganar partidos importantes, como ante Tigres, lo que varía en el marcador es el nivel de superación de lo inverosímil, respecto a desenlaces pasados que vivió La Máquina.

Después de un torneo irregular, en el que su mayor logro fue cambiar por momentos la actitud y el carácter, al cuadro celeste le bastaba ganar para meterse a la liguilla. Dependía de sí mismo jugando en casa, donde sólo ganó tres compromisos de ocho, pero volvió a empequeñecer ante un rival que llegó con menos puntos y salió calificado.

Así, por primera vez en su historia, La Máquina cumplirá dos años sin estar entre los ocho mejores de la competencia y enfrentará, por si algo faltaba, el problema de estar de mitad de tabla para abajo en la porcentual, en el siguiente torneo.

 

Si se tienen en cuenta otros escenarios, como la final contra el América, la eliminación ante los Leones Negros e incluso la reciente derrota ante el Necaxa en la Copa, al de este sábado le faltó drama y suspenso. Tigres definió el partido pronto, desde el primer tiempo: el brasileño Rafael Sóbis (14′), abrió la cuenta tras un pase del francés André Pierre-Gignac y, luego, el propio Gignac se mandó un golazo al ángulo (23′) antes de poner también el tercero (74′).

Cruz Azul no entendió lo que se jugaba. Paradójicamente, el discurso de algunos jugadores en la semana fue tomar este juego como una final. Y sí, así fue, porque lo común en este equipo se ha vuelto perderlas todas y eso, al menos, no falló.

 

Como única novedad es que después de las salidas del banquillo de Luis Fernando Tena y Sergio Bueno, esta vez tocó el grito de «¡Fuera Boy!».Intentar la remontada se hizo menos posible con la expulsión del ecuatoriano Joao Rojas, quien encaró al portero Nahuel Guzmán y soltó un golpe innecesario.

Entregados anímica y futbolísticamente, los jugadores celestes se dedicaron a observar los últimos minutos el paseo de Tigres. Los felinos se medirán al Monterrey en la siguiente fase, en otra edición del clásico regiomontano, con el campeonato de goleo casi asegurado para Pierre Gignac.

Del otro lado, está el fracaso: a Cruz Azul le debería de doler que eso a su gente ya no le duela.

Con información de: EXCÉLSIOR

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