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Recreaciones en Chapultepec por el Día de Muertos

Ciudad de México, 27 de octubre del 2021.- Una ofrenda dedicada a los antepasados mexicanos para celebrar el Día de Muertos marca la primera colaboración del Museo Dolores Olmedo con Aztlán Parque Urbano en Chapultepec. A partir del próximo viernes podrá visitarse la recreación hecha por artesanos cartoneros de escenas que conmemoran la historia de la Ciudad de México, como la peregrinación hacia el mítico hallazgo de un águila en medio de un lago, el encuentro de Hernán Cortés y Moctezuma, el periodo de la Colonia y la guerra de Independencia, en que los protagonistas son puros esqueletos.

Dolores Phillips, nieta de la fundadora del Museo Dolores Olmedo, confirmó que éste se expande a dos sedes: en la que se construye en la segunda sección del Bosque de Chapultepec se mostrará la colección de obras de Diego Rivera y Frida Kahlo, mientras en Xochimilco, habrá un centro donde se realizarán talleres y activida-des culturales.

Trasladar de sede la tradicional ofrenda, afirmó, permitió llevar a cabo el festejo este año, ya que acuden multitudes y el de La Noria es un edificio que no se puede modificar. Pero ahora se pudo proveer seguridad para los visitantes, el equipo que labora y las obras de arte. El nuevo espacio, de unos 700 metros cuadrados, es más amplío y con sistema de ventilación.

Ofrenda a nuestros antepasados dice el anuncio en la entrada del que solía ser el parque de diversiones La Feria. El montaje de calaveras continúa con 60 años de tradición que inició en 1955 Dolores Olmedo, coleccionista y apasionada del arte popular, en la antigua hacienda al sur de la ciudad.

Phillips recordó que “es ella quien, al año siguiente de la muerte de Frida, como un favor a Diego, empieza a desarrollar su creatividad y humor. El museo ha tenido el ángulo educativo, queremos impulsar a generaciones más jóvenes a conocer más del arte y de la cultura. La ofrenda siempre le deja algo al público”.

Desde la apertura del museo en 1994 se colocó la primera ofrenda, dedicada a la madre de Dolores Olmedo, la profesora María Patiño. “Desde entonces y hasta el día de hoy se ha convertido en una de nuestras exposiciones más emblemáticas”, señaló la curadora Josefina García, quien trabajó junto al museográfo Jean-Rennaud Dubois para la más reciente ofrenda. “No hemos dejado de hacer ofrenda (salvo el año pasado con motivo de la pandemia de Covid-19), siempre con la idea de rescatar una de las tradicionales más bonitas, coloridas y que se celebra en todos los estados de la República”.

La montaña rusa, que sobresale detrás de la nueva decoración, persiste como símbolo de lo que fue el lugar hasta hace unos años. Al entrar, el visitantes encontrará el recién construido edificio gris, decorado con cráneos en honor los tzompantlis.

En el interior, una gran pirámide rinde honor al esplendor de la antigua Tenochtitlán, donde calacas aztecas hacen pensar en la vida cotidiana de la ciudad que cayó a manos de los conquistadores españoles hace 500 años. El tlatoani rodeado de sus guerreros águila en su encuentro con Cortés, la Malinche y los fantásticos caballos, así como héroes nacionales como el cura Hidalgo, Morelos y Guerrero, son algunos personajes recordados en formas de calaveras.

Se reproducen 27 escenas con el mayor número de piezas colocadas hasta ahora en una de sus ofrendas. Diego Rivera y Frida Kahlo no pueden faltar en el homenaje a los seres queridos que partieron al Mictlán. Y como ha marcado su tradición, se hace gala del trabajo de artesanos, en especial de la familia de Pedro Linares, con elaboradas figuras de cartonería, además de 4 mil flores de papel, la decoración con piezas de latón y cirios.

El retrato de Olmedo, en blanco y negro, remarca la vocación del nuevo espacio. Su nieta, quien retoma la representación familiar durante un recorrido unos días antes de la apertura oficial del espacio, se dice conmovida de continuar con el legado de su abuela. Su padre, Carlos Philips, director del Museo Dolores Olmedo, no asistió a la visita previa para mostrar lo que ha tomado casi un año de planeación y unos tres meses de montaje.

El cupo es limitado, por lo que los boletos tienen día y hora de visita, de lunes a jueves de 10:30 a 19 horas y de viernes a domingo de 10:30 a 22 horas. Venta en Ticketmaster y en la taquilla del parque con un costo de 75 pesos entre semana y 100 sábado y domingo. El montaje permanecerá hasta el 28 de febrero de 2022.

Con información de: https://www.jornada.com.mx

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