Ecologia

Rape

21 de septiembre de 2016.- El rape, un pez de aspecto iracundo que vive en aguas profundas, tiene motivos para ser un gruñón. Posiblemente sea el animal más feo del planeta, y además vive en el hábitat más inhóspito con diferencia de la Tierra: el solitario y oscuro fondo del mar.

Hay más de 200 especies de rape. La mayoría vive en las tenebrosas profundidades de los océanos Atlántico y Antártico, hasta 1.500 metros por debajo de la superficie, aunque algunas especies habitan lugares tropicales poco profundos. Su color suele ser gris oscuro o marrón oscuro, tienen cabezas enormes y gigantescas bocas en forma de media luna, llenas de dientes afilados y traslúcidos. Algunos rapes pueden ser bastante grandes y alcanzar un metro de longitud. Sin embargo, la mayoría son notablemente más pequeños; a menudo miden menos de 30 centímetros.

Su rasgo más distintivo, presente solo en las hembras, es una protuberancia de la espina dorsal que sobresale sobre sus bocas a modo de caña de pescar. De ahí su nombre en inglés, «anglerfish», que significa pez pescador. En la punta de dicho apéndice hay una trampa luminosa que esta caña incorporada usa como señuelo para atraer a las presas lo bastante cerca como para atraparlas. Tienen una boca tan grande y un cuerpo tan maleable que pueden tragarse presas que les doblan en tamaño.

El macho, notablemente más pequeño que la hembra, no necesita ese tipo de adaptación. En lugar de buscar constantemente una hembra en el vasto abismo, ha evolucionado hasta convertirse en un compañero parásito permanente. Cuando un rape macho joven y sin compromiso encuentra a una hembra, se acopla a ella con sus afilados dientes. Con el tiempo, llega a fundirse con ella. Conecta con su piel y flujo sanguíneo, e incluso pierde los ojos y todos los órganos internos menos los testículos. Cada hembra puede llevar seis o más machos en su cuerpo.

Con información de: NATIONAL GEOGRAPHIC

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