Los anticonceptivos masculinos están rodeados de mitos y prejuicios, la mayoría relacionados con afectaciones a la virilidad de los hombres o a cuestionamientos acerca de su heterosexualidad.
Desde tiempos inmemoriales, la prevención del embarazo ha sido una responsabilidad impuesta única y exclusivamente a las mujeres.
Si bien se tiene la información de que los Antiguos Egipcios ya usaban condones, su uso era meramente decorativo o para proteger sus penes de las plagas del desierto.
No fue hasta el siglo XVI en el que los hombres vieron la necesidad de usar condones como un método para protegerse de las enfermedades de transmisión sexual, para lo cual usaron tela de lino humedecida. Poco después este material fue cambiado por intestinos de animales.
Por su parte, las mujeres a lo largo de la historia han contado con muchas más opciones anticonceptivas, como inyecciones, dispositivos intrauterinos, aros vaginales, parches y geles, pero todos estos tienen efectos secundarios en el organismo.
La razón principal de que existan más métodos anticonceptivos, desde una perspectiva médica, es que es mucho más sencillo controlar un solo óvulo que millones de espermatozoides.
Con información de: https://www.vix.com
