La sangre que circula por nuestro cuerpo se divide en cuatro grupos: A, B, AB y O. Esta clasificación sirve para diferenciar las características de cada grupo, pues no todos tienen los mismos tipos de marcadores en la superficie de los glóbulos rojos.
De acuerdo con el hospital Rady Children’s Hospital de San Diego, estos marcadores (conocidos como antígenos) son proteínas y azúcares que el organismo posee y utiliza para identificar que nuestros glóbulos rojos pertenecen a nuestro propio sistema corporal.
Sin embargo, esa no es la única clasificación que la sangre recibe, pues también se determina el factor Rh. ¿Sabes qué es?
Factor RH, ¿positivo o negativo?
El factor Rh representa una proteína específica que se encuentra en los glóbulos rojos de la sangre. Si la persona tiene un Rh positivo significa que su sangre sí posee esa proteína, y si no la tiene, el Rh será negativo.
El hecho de tener o no tener este factor no hace que la sangre sea más sana o más fuerte, tampoco afecta el bienestar del organismo. Simplemente se trata de una variación genética más. No obstante, en el embarazo la incompatibilidad de la sangre de la madre y el bebé sí puede traer ciertas complicaciones.
¿Por qué es tan importante conocer el tipo de sangre?
Para protegernos de elementos externos que pudieran ser dañinos, nuestro sistema inmune produce proteínas conocidas como anticuerpos. Si una persona recibe sangre que no corresponde con el grupo que tiene, su sistema inmune la identificará como una amenaza y creará anticuerpos que reaccionen contra ese tipo de sangre.
Para ser más exactos, el organismo de esa persona rechazará la sangre recibida y eso puede causar daños severos en su cuerpo, desde fiebre, escalofríos e hipotensión, hasta problemas en el sistema respiratorio y los riñones.
