Tres semanas después de la filtración del chat entre Rosselló y la cúpula de su Gobierno -en el que salieron a la luz mensajes sexistas, homófobos y cómo orquestaron posibles delitos de corrupción-, las consecuencias no acallan el malestar del pueblo boricua. Después de 12 días de masivas protestas, los puertorriqueños lograron que Rosselló renunciara a la gubernatura, lo que abrió una puerta a un nuevo episodio de turbulencias políticas. En la Constitución, si el gobernador dimite, es el secretario de Estado quien debe asumir el cargo. Antes de que explotara el escándalo del Telegramgate, Luis G. Rivera Marín era el segundo a bordo, pero tras descubrirse su participación en el chat, renunció. Por ley, cuando no hay gobernador ni secretario de Estado, es la cabeza del Departamento de Justicia quien debe asumir el liderazgo.
Cuando la isla se enteró de que Vázquez, de 59 años, sería la sucesora de Rosselló, volvió a reclamar. La tercera en la línea de sucesión del Gobierno del Partido Nuevo Progresista (PNP) está siendo investigada por la Oficina de Ética Gubernamental por su negativa a indagar irregularidades relacionadas con la gestión del devastador huracán María. El asedio de la ciudadanía logró que Vázquez anunciara que no quería el cargo. “Me reitero, no tengo interés en ocupar el puesto de gobernadora. Es un dictamen Constitucional. Espero que el señor gobernador identifique y someta un candidato para el puesto de secretario/a de Estado antes del 2 de agosto y así se lo he manifestado”, escribió a finales de julio en su Twitter.
El rechazo de Vázquez obligó a que Rosselló buscara rápidamente un secretario de Estado para que asumiera como gobernador. El escogido fue el excongresista Pedro Pierluisi, que contó con el apoyo de la Cámara de Representantes, pero juramentó el pasado viernes antes de que el Senado votase si lo apoyaba o no. El presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, demandó a Pierluisi ante un tribunal de San Juan, alegando que no cumplió con el requisito constitucional de que ambas cámaras aprobasen su designación. El Tribunal Supremo, en una decisión unánime, declaró este miércoles que el juramento del nuevo gobernador había sido inconstitucional. Tras cinco días al frente de la gubernatura, Pierluisi se fue de La Fortaleza.
El sillón vacío del Gobierno obligó a que las miradas nuevamente recayeran en Vázquez. La ahora ex secretaria de Justicia juró como nueva gobernadora de Puerto Rico este miércoles a las 17.00 hora local. “Nuestro ordenamiento legal impone en la Secretaría de Justicia asumir el cargo de la Gobernación de Puerto Rico, posición que estoy dispuesta a asumir con la responsabilidad y seriedad que amerita. Puerto Rico necesita certeza y estabilidad. Nuestras acciones estarán dirigidas a ese fin y siempre estará primero”, dijo Vázquez en un comunicado. Pierluisi le deseó “el mayor de los éxitos”. “Siempre estaré en la mejor disposición para adelantar toda iniciativa que busque mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo», declaró el exgobernador. Ahora hay que esperar a ver qué dice la calle al respecto.
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