Presenta el MAX máscara olmeca de malaquita repatriada desde NY
Xalapa, Ver., 23 de enero del 2023.- La máscara tiene todas las convenciones del arte olmeca: los ojos almendrados, la boca entreabierta, con las comisuras hacia abajo, la nariz ancha y un reborde en la parte superior de la frente.
Con 3 mil años de antigüedad, y después de varios años en manos de un coleccionista privado en Nueva York, desde noviembre de 2022 ingresó al Museo de Antropología de Xalapa, para rencontrarse con otras piezas olmecas hechas por manos de los antiguos mexicanos.
Apenas cruzar la puerta de cristal en el Museo de Antropología de Xalapa (MAX), puede notarse su presencia. Está en el recibidor del recinto, dentro de un pedestal de cristal, a un lado de la cabeza colosal número 8. Su color la hace distinguirse desde lejos.
Está aquí, en el recibidor del MAX, para que todo aquel que quiera venir a apreciarla pueda hacerlo sin necesidad de pagar la entrada. Después de dos meses se integrará a la sala Olmeca, donde se encuentran el Señor de Las Limas y la colección de máscaras procedentes de Arroyo Pesquero, y el sitio de La Isla, en Hueyapan de Ocampo, en el sur de Veracruz.
Con su integración al resto de la colección, que incluye siete de las 10 cabezas colosales descubiertas en México, el MAX refrenda su posición como el recinto que alberga el acervo más importante de la cultura olmeca en el mundo.
La máscara olmeca, que se exhibe desde este 18 de enero en el MAX, tiene 30 siglos de antigüedad, ya que su origen se estima entre 1200 y 900 aC. Elaborada en malaquita, se distingue del resto de la colección porque fue diseñada para ser portada, probablemente para su uso en la danza.
En entrevista para La Jornada, Alfredo Delgado Calderón, director del MAX, señaló que la mayoría de las máscaras olmecas que se exhiben en el museo son mortuorias, y otras, que pertenecen a la cultura huasteca, tienen grabados con representaciones del dios Tláloc.
“Pero esta máscara tiene características interesantes porque fue hecha para ser portada, no se puso en la cara de un difunto; probablemente se usó para la danza, porque tiene horadaciones en los ojos, nariz y boca, que le permiten respirar a quien la porta, y tiene agujeros que permiten ser atada”, explicó.
El arqueólogo por la Universidad Veracruzana (UV) destacó que la técnica de tallado y pulido de la pieza es lo que más la enaltece, ya que, “a diferencia a otras que tenemos aquí, en ésta se pulió por el interior: la nariz, los pómulos y los labios, para que pudiera encajar en el rostro de la persona para la que fue hecha; eso la hace única”.
La máscara olmeca fue repatriada dentro de la campaña Mi Patrimonio No se Vende, que impulsa el gobierno mexicano por conducto de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), mediante la cual se han recuperado más de 9 mil bienes.
De acuerdo con Delgado Calderón, las gestiones para la repatriación de esta pieza, junto con un libro antiguo y otro bien –que no fue especificado–, comenzaron en enero de 2022, y las encabezó Jorge Islas López, cónsul general de México en Nueva York.
El recinto, paso obligado para los olmequistas
Tras cumplir los requisitos del peritaje para identificar la autenticidad de la pieza, el embalaje y la contratación de un seguro para su traslado, la máscara llegó al Museo Nacional de Antropología, y tras la firma de un convenio de comodato por dos años fue entregada al MAX en noviembre de 2022, para su posterior puesta en exhibición.
“El coleccionista que tenía en posesión la pieza puso de condición que se entregara al MAX, donde hay una colección olmeca, referente obligado para todo aquel que quiera estudiar esta cultura”, dijo.
Informó que en el MAX “tenemos siete de las 10 cabezas colosales que salieron de San Lorenzo Tenochtitlan, máscaras, esculturas con iconografía olmeca y la primera representación de elementos que después serían característicos de deidades mesoamericanas”.
La máscara olmeca fue presentada este miércoles 18 de enero; estuvieron presentes, además del cónsul en Nueva York y el director del MAX, el rector de la UV, Martín Aguilar Sánchez, y Diego Prieto Hernández, director del INAH.
El rector agradeció al instituto la entrega de esta obra de arte y reconoció el trabajo diplomático para recuperarla y repatriarla. “Sabremos custodiarla y procuraremos su conocimiento por grupos cada vez más amplios de personas.
“Aquí se alberga la más importante colección de sus piezas; es un paso obligado para los olmequistas del mundo y ofrece a cualquier interesado un núcleo fundamental de sus desarrollos científicos, políticos, religiosos y escultóricos”, agregó.
Prieto informó que en el actual sexenio el gobierno federal, por conducto de la SRE y el INAH, ha recuperado 9 mil 330 bienes, de los cuales 8 mil 722 son de tipo arqueológico y corresponden a culturas que ya habitaban el país desde antes de la llegada de los españoles.
Dijo que la mayoría estaba en manos de coleccionistas de Estados Unidos, Alemania, Australia, Italia, Argentina, Francia, Canadá, Países Bajos, Suecia y Suiza.
Con información de: https://www.jornada.com.mx/