Pedro Luis Noble Monterrubio | México – España, fraternidad entre pueblos.
A la luz de la historia existe el legado de dos pueblos hermanados: España y México. Entre ambos países existe cooperación y la voluntad mutua de acercarse permanentemente a partir de una rica fusión de culturas. A nivel oficial queda constancia del establecimiento formal de las relaciones diplomáticas el 28 de marzo de 1977, después del distanciamiento originado por la Guerra Civil Española. Eran tiempos de la presidencia de José López Portillo y del reinado de Juan Carlos I. Como naciones soberanas e independientes, México y España comparten valores como la democracia plena y participativa, posibilitando así que sus sistemas políticos dejen constancia de la pluralidad de las voces sociales.
En el ámbito de la economía formal, nuestros países han promovido un libre flujo de capitales, bienes y servicios que les ha dotado de competitividad entre ellos y que los ha colocado como líderes regionales de sus continentes. Hasta el primer trimestre de este 2019, México es el país latinoamericano que más invierte en España, en tanto que España es la segunda fuente de inversión extranjera directa en México, después de Estados Unidos y la primera entre los países de la Unión Europea. La cultura es eje rector de esta relación. México y España cuentan en común con un patrimonio inmaterial encabezado, sin duda, por su idioma.
El español es la segunda lengua materna más hablada a nivel mundial. De igual manera, la conectvidad en las artes y las letras es vasta y motivo de orgullo. El concepto de hispanidad enmarcado en las letras de Octavio Paz, Carlos Fuentes, Fernando del Paso, entre otros, nos ha hecho merecedores como país del Premio Cervantes, el máximo galardón a la literatura de lengua española. Asimismo, México fusionó para sí desde hace 500 años cultura y tradición como la tauromaquia llegada de España y que en tierras hidalguenses se ubiquen dehesas de ganado bravo, las cuales hasta nuestros días dotan de trabajo a cientos de hidalguenses en municipios como Apan, Almoloya, Chapantongo, Huichapan, San Agustín Tlaxiaca, Tecozautla, Tepejí del Río, etcétera. Estas ganaderías de toros de lidia son auténticos paraísos ecológicos en los que confluyen flora y fauna diversa.
En el periodo de 1939 a 1942, durante el mandato de Lázaro Cárdenas del Río, se estima que llegaron a México vía Veracruz un aproximado de 25,000 refugiados españoles, la mayoría vinculados al gobierno republicano caído en la guerra. Estos españoles que experimentaron malas condiciones de acogida en Francia llegaron a nuestro suelo para involucrarse en la vida económica, académica y sociopolítica de la época.
Un ejemplo puntual de la trascendencia de esta coyuntura se dio en la UNAM: cientos de españoles, en su calidad de profesores e investigadores en las áreas de humanidades y ciencias se incorporaron a las facultades de la máxima casa de estudios de nuestro país. México debe continuar con la tradición internacionalista de respeto y cooperación con todas las naciones democráticas, construyendo relaciones, alianzas, negocios y sobre todo amistades. Hidalgo ha sido terruño fértil para diversas colonias, que como la española han hecho de esta tierra orgullosamente su casa y son orgullosamente hidalguenses, descendientes de españoles.