Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Tata Gildo, uno de los brazos de Morelos
Hermenegildo Galeana, caudillo de la insurgencia nació en Tecpan, en el actual estado de Guerrero, el 13 de abril de 1762, sus amigos le conocieron como «Tata Gildo».
Cuando José María Morelos y Pavón llegó a Tecpan, el 7 de noviembre de 1810, se unieron a su causa independentista los hermanos; Juan José, Antonio y Pablo Galeana, pero no Hermenegildo.
Quien sería uno de los más bravos combatientes en la lucha por la independencia se sumó a la causa para separar a la Nueva España de la península ibérica dos meses después.
Por su destacado valor en las batallas, el cura Morelos, nombró a Hermenegildo Galeana su hombre de confianza; su lugarteniente.
Su empuje ante los ejércitos realistas en distintos combates, hizo que el cura Morelos lo enviara a la hacienda de Chichihualco, propiedad de la familia de Nicolás Bravo para conseguir pertrechos.
En esa encomienda, Galeana consiguió los apoyos, hombres y armas, y logró que la familia Bravo se uniera a la causa.
En compañía de Morelos y otros jefes combatientes, entró en Cuautla el 9 de febrero. Y de nueva cuenta se distinguió en el sitio que Félix María Calleja puso a esta población, logrando el lugarteniente de Morelos, con valor y sagacidad; conseguir agua, víveres y más apoyos.
Comprobando la resistencia de los caudillos, Félix María Calleja envió a Morelos, Galeana y Miguel Bravo un indulto, pero los insurgentes lo rechazaron y arremetieron con mayor ímpetu. Morelos nombró en esos días a Galeana; mariscal.
En Tehuacán, Morelos y su ejército fueron derrotados.
La batalla se perdió pero la lucha continuó. Galeana participó en la toma de Orizaba, y días mas adelante, nuevamente fue derrotado junto con Morelos en las cumbres de Acultzingo, y estuvo a punto de perder la vida al caer muerto su caballo.
El 25 de junio de 1814 llegó de nuevo a la hacienda de Zanjón. De allí se dirigió a Coyuca, pero sufrió un nuevo ataque el día 27, y murió en el lugar llamado El Salitral a manos de Joaquín León.
La cabeza de Hermenegildo Galeana fue expuesta en la plaza de Coyuca y luego colocada en la puerta de la iglesia para después sepultarla. Su cuerpo nunca se encontró.
Al saber su muerte, Morelos exclamó: «¡Acabaron mis dos brazos: ya no soy nada!», refiriéndose también a la muerte de Mariano Matamoros.
Así consideró el Siervo de la Nación al héroe Hermenegildo Galeana, “Tata Gido”.