Colaboraciones

Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Sara Pérez Romero y Francisco I. Madero

En la historia de México se pueden advertir una serie de omisiones.

De manera regular se centran los escritos, vivencias y hazañas, en los próceres colocando en un plano distinto a personas que vivieron y sufrieron las etapas más reveladoras que construyeron a nuestra nación.

Y se puede argumentar que estos vacíos son involuntarios por la necesidad de fortalecer la imagen y hechos de las figuras centrales.

Sin embargo cada persona que formó parte de los acontecimientos ha resultado fundamental en la reseña biográfica de héroes, villanos y mártires.

Este es el caso de Sara Pérez Romero,  una activista e ideóloga de la democracia, que caminando a la par de Francisco I. Madero, lograron junto son sus seguidores, modificar el rumbo de México.

Los padres de Sara fueron Macario Pérez y Velina Romero. Nació la niña en San Juan del Río, Querétaro, el 19 de junio de 1872, después realizó sus estudios en California.

En California, en la escuela, conoció a las hermanas de Francisco I Madero. El noviazgo se construyó mediante cartas y después Sara llegó a México para contraer nupcias con Madero.

Sarita ya casada fue una ferviente activista política, centró su atención en apoyar a los desprotegidos, y en toda circunstancia se proponía mejorar la calidad de vida de los pobres, enfermos y huérfanos. Realizaba actos reforzando los ideales de Madero y organizaba festivales a favor de las víctimas del movimiento armado.

A partir de su matrimonio, el 26 de enero de 1903, ambos, siempre juntos, recorrieron el país.

El activismo de Sara en la campaña presidencial junto a Madero, fue fundamental en el estallido de la revolución mexicana.

En cada circunstancia los esposos estuvieron unidos hasta el momento de la detención de Madero.

Y fue Sarita quién pidió al embajador norteamericano Henry Lane Wilson que protegiera la vida de su marido.

Lamentablemente, el embajador norteamericano y Victoriano Huerta, ya tenían planes para acabar con la vida de Madero..

Luego de la muerte de Francisco I. Madero, Sara fue desterrada a Cuba.

En 1921 regresó a México, el matrimonio de Sara y Madero no tuvo hijos.

Sara Pérez falleció el 31 de julio de 1952, a la edad de 82 años y fue sepultada en el Panteón Francés de la Piedad, en la Ciudad de México junto a su esposo.

Sara Pérez Romero es una voz que debe de ser escuchada y subrayada en escritos como una mujer con su propio pensamiento y acción a favor de las causas justas, y no permanecer distante de los hechos que forjaron a nuestra patria.

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