Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Olympe de Gouges. Luchó por los derechos de las mujeres
Nació en mayo de 1748 en Montauban, Francia, fue bautizada como Marie Gouze.
A la edad de 17 años contrajo matrimonio, en esa etapa de su vida no fue feliz. Poco tiempo después enviudó y dedicó sus esfuerzos a educar a su hijo, Pierre Aubry. Marie.
Con esfuerzos se mudó a París, su objetico era que su hijo recibiese una buena educación.
Allí y frecuentó los salones literarios de la Francia pre revolucionaria.
Con ello descubrió su faceta y dio vida a su vocación; la de escritora.
Utilizó para ello el pseudónimo de Olympe de Gouges, fue autora de obras de teatro y creo una compañía teatral itinerante.
Su obra, La esclavitud de los negros publicada en 1792 buscó visibilizar la condición de los esclavos negros. El resultado; un enfrentamiento con la corte, ya que el comercio colonial suponía más del 50% de los ingresos, y varias familias se habían enriquecido con la trata de esclavos.
Olympe fue encarcelada en la Bastilla, y liberada gracias a sus amistades y continuó con su trayectoria abolicionista.
Publicó una treintena de escritos proponiendo un amplio programa de reformas sociales.
Sus trabajos adquirieron un cariz feminista y revolucionario ya defendía la igualdad entre el hombre y la mujer en todos los aspectos de la vida pública y privada, y fue más allá, exigió el derecho a voto, el acceso al trabajo público y a la vida política, el derecho a poseer propiedades, a la educación y a la igualdad en el ámbito familiar.
Abogó por la supresión del matrimonio y la instauración del divorcio y por el reconocimiento de los niños nacidos fuera del matrimonio.
En 1791 redactó la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, basándose en la declaración de los derechos del Hombre. Su máxima era: Si la mujer puede subir al cadalso, también se le debería reconocer el derecho de poder subir a la Tribuna.
Tomó partido por los girondinos y criticó la política de Robespierre y Marat, y al Comité de Salvación Pública.
Tras la caída de los girondinos, fue detenida en agosto de 1793. Reclamó sin éxito un juicio, no lo obtuvo.
El 3 de noviembre de 1793, Olympe fue guillotinada. Por temor a ser detenido su hijo, Pierre Aubry, renegó de ella públicamente poco después de su ejecución,
También por miedo, sus contemporáneos la relegaron de sus conversaciones y su obra cayó en el olvido.
En la actualidad Olympe de Gouges, por cada avance de la sociedad, recibe el reconocimiento, quizá tardío, pero imprescindible, como la gran luchadora que fue; por la mujer y por la igualdad.
Olympe de Gouges, la revolucionaria vigente.