Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | María Manuela «La Capitana».
Con ansias de libertad y valeroso empeño, María Manuela combatió contra los realistas, formó un batallón, y dio su vida sin pedir ni dar cuartel nunca, para lograr la independencia mexicana.
María Manuela Medina (Molina) vio su primera luz en la ciudad de la plata; Taxco de Alarcón, Guerrero, en 1780.
Su familia era indígena natural, la niña Manuela acudió a la escuela para llevar a cabo su educación, lamentablemente no pudo concluir su cometido pues tuvo que dedicarse al trabajo doméstico.
En esas circunstancias conoció la opresión hacia su pueblo, entonces, su ímpetu adolescente la llevó a defender sus ideas y necesidad de libertad.
Al tener noticias del grito de Dolores, emitido por el cura Hidalgo, Manuela hablo a su pueblo de la urgencia de alcanzar la libertad, arengó a sus oyentes y logró despertar su exigencia de emancipación y rompimiento de las cadenas de dominio de España.
Manuela se documentaba con los pocos recursos que tenía y tuvo conocimiento de la actuación militar del cura José Ma. Morelos, por lo que decidió entrevistarse con él. Con ese objetivo se encaminó con penurias en su búsqueda, realizando un viaje de más de 500 kilómetros para unirse a las filas del caudillo.
Con el reconocimiento del Siervo de la Nación, María Manuela se alistó y combatió a su lado en la ocupación del puerto de Acapulco, consiguiendo la victoria el 13 de abril de 1813.
En reconocimiento a su valentía y acciones en la batalla, Manuela recibió el grado militar de capitana, el nombramiento lo expidió la suprema junta de Zitácuaro, Michoacán, establecido en la plaza de Sultepec.
En el año 1816 sufrieron los independentistas serias derrotas, con decisión, Manuela Medina organizó un batallón para continuar combatiendo con su tropa, alcanzando grandes hazañas en el campo de batalla y salvando vidas en combate.
Pese a la posibilidad de indulto, La Capitana nunca lo solicitó, ni pidió el perdón de la autoridad.
En uno de choques armados, Manuela sufrió el asalto de los realistas, y fue herida mortalmente.
La lesión recibida, la mantuvo inmóvil en cama por cerca de 18 meses, por lo que convaleciente, se retiró a su pueblo natal.
Desde ahí vio el triunfo de la independencia, pero no apoyo la causa de Agustín de Iturbide.
A causa de sus lesiones por la herida de lanza recibida, permaneció en una casa de Texcoco, en donde murió el 2 de marzo de 1822.
Manuela Medina; Una mujer que ofrendó su vida por obtener la libertad y la construcción de una nación independiente.