Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Manuela Taboada mujer independentista y Mariano Abasolo
Manuela Taboada fue una mexicana cuyo amor por su esposo Mariano Abasolo la llevó a acompañarlo en la guerra por la Independencia de México y a quien logró salvar del fusilamiento, pero que la llevó a perder su fortuna y pedir caridad en calles de España.
Abasolo nació en América, de una familia de comerciantes de origen Vasco y fue uno de los iniciadores del movimiento Independentista junto con Allende e Hidalgo.
La pareja se conoció en San Miguel el Grande y de Dolores, donde él por aquel entonces estaba acuartelado.
Al año del matrimonio estalló el movimiento independentista en 1810.
El joven Mariano Abasolo no participó en ninguno de los sucesos de la mañana del 16 de septiembre y también se abstuvo de tomar parte en el movimiento y en la aprehensión y ejecución de europeos, y solo se presentó al ser llamado por su jefe el capitán Allende, quien junto al cura Hidalgo le hizo ver la urgencia de participar en el movimiento, y su esposa lo siguió, acompañándolo por todas partes”.
Durante la campaña militar nació el hijo de ambos, y si bien sufrieron las penurias del conflicto armado juntos, este terminó cuando cayeron prisioneros en Acatita de Baján.
Junto a los jefes de la Independencia, Abasolo, Manuela y su hijo fueron llevados a Chihuahua para ser juzgados.
“Abasolo fue declarado culpable y sentenciado a muerte. Pero en ese instante fue cuando aparece Manuela como una heroína, pues inmediatamente se dirigió al comandante de las Provincias Internas y le pidió amparo para su esposo, haciéndole ver cómo este realmente había salvado todas las vidas de españoles como le fue posible”,
Y es que Mariano como coronel dio órdenes en Guadalajara de no fusilar a los españoles capturados, lo que fue confirmado gracias a que su esposa emprendió un largo viaje hasta Guadalajara y luego hacía la capital de la Nueva España, donde solicitó un indulto al Virrey, quien perdonó la vida de su marido a cambio del destierro y prisión perpetua y la confiscación de sus bienes.
En 1815 su esposo fue enviado a España, donde purgaría su condena, por lo que Manuela entregó al capitán del barco sus últimas joyas para que la dejara viajar junto a él.
En Cádiz, se le otorgó la autorización para acompañar a Mariano de manera permanente en la prisión hasta que su esposo murió en Abril de 1816.
Sola y sin recursos, Manuela abandonó la cárcel y trabajó por largo tiempo en España para costearse el pasaje de regreso a Veracruz.
Manuela Taboada, nunca empuñó las armas, aceptó el destino independentista de su esposo Mariano, y lo acompañó hasta el último suspiro.