Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | La Adelita. Mujer revolucionaria, valiente y audaz
“Y Hasta el mismo coronel la respetaba…”
Adela Velarde Pérez fue una mujer revolucionaria, una mujer que desafió las normas de la sociedad al inicio del siglo pasado.
Su nombre; La Adelita. ha sido el prototipo de la mujer valiente, audaz y comprometida con la lucha por los derechos de las mujeres y las personas oprimidas.
Adela Velarde Pérez, nació en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 8 de septiembre de 1900. Creció en el seno de una familia. A los 13 años abandonó su casa para unirse a la Revolución.
Adela estuvo en campaña como camillera de la Cruz Roja, especializándose en asistir a los revolucionarios heridos.
Cuenta su historia que durante la lucha armada conoció a un militar villista llamado Antonio Gil del Río. Ambos quedaron profundamente enamorados y cada noche él tocaba con su guitarra canciones de amor frente al tren donde dormía Adela.
Fueron pareja indivisible hasta que en la batalla de Torreón, en 1914, la muerte los separó.
Durante la toma de Gómez Palacio y mientras Antonio asistía a los heridos, un disparo le alcanzó y cayó agonizante. Adela lo mantuvo entre sus brazos y Antonio, mal herido, logró decirle que en su mochila había un regalo para ella, era una hoja de papel con el corrido escrito para Adelita.
Adela lo leyó y la entregó a los músicos de la brigada y ahí mismo comenzaron a interpretarlo e inició la leyenda.
Al paso del tiempo apareció en una fotografía, la imagen de Adela Velarde, una mujer joven mirando a la cámara, sosteniendo la bandera mexicana en una mano y una espada en la otra, su cuerpo está cruzado por un cinturón de balas, Adelita encarna en esa toma, la esencia de un espíritu nacional, de una identidad mexicana valiente y revolucionaria.
Aun cuando hay lagunas en su biografía se ha documentado que formó parte de la División del Norte del Ejército Constitucionalista, y posteriormente se incorporó al Cuerpo de Ejército del Noreste.
El 22 de febrero de 1941, Velarde fue reconocida como «Veterana de la Revolución» por la SEDENA.
Al concluir la revolución trabajó en Ciudad de México en la administración de Correos. En 1965 se reencontró con un coronel que había conocido en sus años de lucha, Alfredo Villegas, con quien se casó en 1965.
Poco después, se mudó a EU, donde vivió hasta su muerte en 1971, sus restos yacen en el cementerio de San Felipe, en Del Río, Texas.
Adelita, una mujer revolucionaria que con su valentía y determinación inspira a otras personas a unirse a la lucha por un mundo más justo e igualitario.