Colaboraciones

Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Genovevo de la O, militar revolucionario

Nació en Santa María, Ahuacatitlán, Morelos, el 3 de enero de 1876. Fue hijo de Reyes de la O y de Isaura Jiménez.

Desde la adolescencia se significó por ser defensor de los bienes de su pueblo natal en contra de los hacendados de Temixco que se apoderaron de los predios montando aserraderos; amante de su tierra, Genovevo los enfrentó luchando contra la desforestación y el despojo.

Rebelde ante las imposiciones, se opuso a la candidatura a gobernador de Pablo Escandón en Morelos, por lo que fue perseguido y tuvo que refugiarse en la montaña.

Más tarde fue alistado en el ejercito y el 31 de octubre de 1893 causó baja.

Era un hombre entregado a su pueblo; y al estallar el movimiento revolucionario de 1910, se levantó en armas  y el 26 de enero de 1911 con el grado de Capitán de infantería, otorgado por el propio General Emiliano Zapata llevó a cabo  campañas de guerrillas en Morelos.

En abril del mismo año logró el grado Mayor de Infantería por méritos en la lucha. Después, fue promovido al grado de Teniente Coronel el 10 de julio de 1911 por su valiente y audaz comportamiento en los combates de los cerros de Santa María.

Fue ascendido a Coronel de Infantería por haber tomado las trincheras del Mondroño, y más tarde, en abril de  1912, logra el ascenso a General Brigadier por el General Emiliano Zapata.

Alcanzó el nombramiento de general de Brigada el 19 de julio de 1914, por su  campaña contra Victoriano Huerta y ascendido a general de División el 10 de abril de 1917 en las filas del Ejército Libertador del Sur.

Del 30 de enero al 10 de febrero de 1912, se efectuaron en Santa María duros combates y defendió la plaza hasta la última gota de sudor.

En febrero de ese mismo año volvieron a tener combates y enfrentó con fiereza y orden a  las fuerzas de los generales Juvencio RoblesAureliano Blanquet

En varios encuentros combatió cuerpo a cuerpo para evitar caer muerto o prisionero.

El 10 de abril de 1919, Zapata fue acribillado en Chinameca, Morelos.

Tras el asesinato de su caudillo, De la O se proclamó continuador de la revolución, sin embargo con el tiempo fue perdiendo poder, y más adelante se retiró.

Una vida llena de vicisitudes en la lucha armada y luego en la política siendo un luchador con el afán de otorgar al pueblo el reconocimiento total de personas libres.

Murió en Santa María Ahuacatitlán a los 76 años, el 12 de junio de 1952.

Un hombre integro al cual Emiliano Zapata le otorgó su confianza plena y enfrentó al poder federal en todas las trincheras.

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