Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Fray Toribio de Benavente, Motolinía.
Fue pobre entre los pobres.
Fray Toribio de Benavente es más conocido con el nombre de “Motolinía”, palabra de origen náhuatl que significa “pobre” y tolinia “afligir” el que es pobre o se aflige.
Poco se conoce de la infancia de Toribio de Benavente, pero fue uno de “los Doce apóstoles de México”, y un gran humanista que comprendió a los indígenas y los defendió de los conquistadores.
Su obra está firme al paso de los siglos ya que participó de forma ejemplar en el nacimiento de una nueva nación, formada por la conjunción de dos razas y dos culturas: la nación mexicana
Motolinía tenía alrededor de 17 años cuando ingresó a la orden franciscana. Ahí hizo amistad con fray Martín de Valencia, y junto a él viajó hacia tierras novohispanas con la intención de encausar hacia dios a las almas pérdidas, su misión era cristianizarlos enseñándoles los evangelios.
Así, fray Toribio de Benavente, formó parte del grupo de los doce frailes que desembarcaron en San Juan de Ulúa, Veracruz, el 13 de mayo de 1524.
Tras descansar en Tlaxcala, tomaron el camino a la antigua Tenochtitlan dando muestras de humildad: a pie y descalzos, y en harapos.
Ahí los recibió Hernán Cortés, quien con sus soldados se arrodilló ante ellos, ordenando hacer lo mismo a los nativos y caciques presentes, ahí estaba Cuauhtémoc.
Según cuenta la historia, cuando los tenochcas los vieron exclamaron “¡Motolinía! ¡Motolinía!”.
Cuando fray Toribio preguntó el significado y le dijeron que era “pobre”, decidió adoptarlo la palabra como seudónimo.
Ese corazón abierto a la comprensión hizo que fray Toribio y sus compañeros se compenetraran con los indígenas, asumiendo su defensa ante las autoridades novohispanas y españolas, y por ello sufrieron persecuciones.
Benavente escribió diversas obras para dar a conocer la historia, costumbres y vida cotidiana de los indígenas mexicanos.
La inició en 1536, pero se publicó hasta 1848, no completa. Es una especie de crónica espiritual acerca de la tradición e historia indígena previa a la conquista española y el choque de las culturas originarias del momento ante las nuevas ideas y formas de los conquistadores, y ante el proceso de conversión evangelizadora.
Fray Toribio de Benavente falleció en el Convento Grande de San Francisco de México en la Ciudad de México, el 9 de agosto de 1569, donde fue enterrado.
Un hombre que también llegó de lejos pero con afanes humanistas.
Un defensor de los vencidos!