Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | El Salvador, Nayib Bukele y las Maras.
El génesis: En la década de los 80, por la cruenta guerra civil que sufrió su nación, miles de salvadoreños emigraron hacia EU.
Esa guerra dejó más de 75.000 muertos, Los antagonistas en el conflicto eran el gobierno salvadoreño y la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Varios de los que huyeron de la guerra le dieron origen a las “Maras”
Los migrantes que se asentaron en Los Ángeles encontraron un ambiente hostil, por lo que se unieron para protegerse de otras pandillas y “hacerse fuertes” formando las “Maras”
Unidos fortalecieron a dos grupos; El Barrio 18, y la Mara Salvatrucha 13, ambas se convirtieron en rivales.
Su violencia fue manifiesta, entonces las autoridades decidieron la extradición de los integrantes de las maras hacia El Salvador. Mas de 3 500 integrantes fueron devueltos a su país.
A su retorno encontraron un país devastado por la guerra y la desunión entre gobierno, gobernados, y sus familias en crisis.
Los “mareros” se reorganizaron, tomaron el control de las calles, y su fuerza atrajo a miles de adolescentes que comprendieron que unidos, podrían tener menos penurias. Era su única posibilidad de ser “respetados” y allegarse recursos.
Ya no eran pandillas para dar la cara en suelo extranjero, se convirtieron en grupos de poder fáctico.
Para lograr la fidelidad absoluta de los nuevos iniciados, los líderes de las maras, los entrenaron para cometer actos delincuenciales.
Como distintivo los miembros de las maras se tatuaron casi todo el cuerpo.
En la década de los 90, los gobiernos locales intentaron frenar a las maras, y en ese afán generaron violencia contra la población civil. “La mano dura” no tuvo resultados.
En las cárceles la autoridad no logró frenarlos, las cárceles fueron sus centros de operación.
Ahora el presidente Nayib Bukele, ha iniciado un ataque contra las maras. El mandatario ha impuesto un estado de excepción y la policía realiza redadas en contra de las pandillas y les ha racionado la alimentación a los presos, incluso han detenido a varias personas, solo por su apariencia.
Observadores, señalan que la medida de Bukele es cortoplacista y no tendrá resultados, ya que el caldo de cultivo de estos grupos sigue existiendo, la pobreza.
Bukele señala que defiende a la colectividad.
Ya no hay diálogo.
Que es su deber, y lo va a cumplir.
Hay quien piensa que sin un programa a largo plazo, está atizando la hoguera…
No hay camino para la paz… la paz es el camino.