*Los museos de verdad son los sitios en los que el tiempo se transforma en espacio. Orhan Pamuk
Un museo está al servicio siempre de la sociedad. Un museo adquiere, mantiene, investiga, y realiza exposiciones del patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de educación, estudio y recreo. *ICOM
En México los museos han adquirido una presencia cotidiana y robusta en la cotidianeidad de la población.
Uno de estos espacios es sin duda el Museo Nacional de San Carlos, Ubicado en la avenida México Tenochtitlán, antes Puente de Alvarado, Ciudad de México.
Doña María Josefa de Pinillos ordenó su construcción y el proyecto fue realizado de 1798 a 1805, por el arquitecto Manuel Tolsá.
La construcción del edificio se realizó a finales del siglo XVIII y principios del XIX, con cantera de Chiluca.
Se le impuso el nombre de Buenavista por el título de conde adquirido por doña María para su hijo, José Gutiérrez del Rivero y Pinillos y Gómez, quien falleció antes de que la construcción se concluyera.
Durante el siglo XIX, el Palacio fue utilizado como residencia para importantes personajes de la historia de México, destacan: el General francés, François Achille Bazaine, Antonio López de Santa Ana, José María Romero de Terreros, que disfrutaban sus jardines que abarcaban hasta lo que ahora es la Plaza de la República, en la Colonia Tabacalera.
Tiene mucha historia este edificio, entre los años 1823 y 1827, fue sede de la primera delegación diplomática del Reino Unido en México, posteriormente albergó las oficinas de la Lotería Nacional y Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM.
En 1965 el antiguo Palacio se otorgó a la Secretaría de Salubridad y Asistencia, en 1968, el Lic. Adolfo López Mateos, en el gobierno del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, impulsó la creación de un recinto que albergara la valiosa colección de arte europeo.
Desde esas fechas al día de hoy, el Museo Nacional de San Carlos exhibe una amplia colección constituida por pintura, escultura y grabados europeos, que da lugar a su exposición permanente.
No pierda usted la oportunidad de visitar este magnífico museo, el recorrido inicia al observar su imponente estructura y es un viaje a siglos pasados, es admirable el patio oval, el único que existe en América; sus ochos salas, y su galería, hacen de su visita una experiencia inolvidable al placentero recinto.
Recordemos esta cita; *Los museos de verdad son los sitios en los que el tiempo se transforma en espacio», Orhan Pamuk
