Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | El día que León Toral asesinó a Álvaro Obregón
17 de julio de 1928
“Ese día -confesó José de León Toral- “salí despidiéndome de la Madre Conchita” sin más palabras que las de despedida. Desayuné en un café de chinos de la calle de Guerrero. De allí fui a la farmacia para ver si estaba el padre Jiménez, con objeto de darle las gracias y avisarle que ya estaba instalado en el cuarto que me había conseguido. Después me fui a la avenida Jalisco directamente a donde llegué a las diez y media. Me senté en una banquita que está como a una cuadra de la casa del señor Obregón, al oriente y esperé a ver si llegaba o salía; yo no creí que ese día iba a ocurrir algo.
Cuando estuve en la banca, después de haber consultado mi tiempo de la tarde de ese día, estuve apuntando como tenía acostumbrado, en un papelito los pendientes que iba a despachar”.
Su relato continúa; “Como a la una vi salir a unos coches de la casa del señor Obregón, vi que partieron con bastante velocidad en dirección de San Ángel.
Yo pensé que como era la una de la tarde seguramente no habían comido no era probable; tampoco era probable que fueran a una comisión.
Lo probable es que fueran a tener alguno de esos banquetes que tienen los políticos en algún restaurante cercano por el rumbo de San Ángel. Así fue como lo pensé para ir a La Bombilla y no como alguno supuso que me avisaron”.
José de León Toral, llegó a La Bombilla, se sentó en una mesa cercana a la de Álvaro Obregón, hizo un retrato del político, se acercó a mostrárselo y cuando Obregón miraba el papel con su imagen, José León Toral disparó, a quemarropa…
Así está documentado en el libro José de León Toral, escrito por Ramón Ruíz Rueda.
El abogado defensor de León Toral fue el Lic. Demetrio Sodi. Quién fue injuriado a más no poder e insultado por hacerse cargo de ese caso.
José de León Toral confesó y juró ante el propio Plutarco Elías Calles, de la siguiente manera; “por la salvación de mi alma, que yo obre solo, lo hice para que Cristo pudiera reinar en México…”
José de León Toral murió fusilado el 9 de febrero de 1929
Concepción Acevedo de la Llata, La Madre Conchita, estuvo presa en las Islas Marías durante 11 años, murió en la Ciudad de México en 1978, a los 87 años, a causa de crisis broncorrespiratoria.
Con la muerte de Álvaro Obregón cambió la vida política de México.
Plutarco Elías calles se convirtió en el hombre fuerte de la nación, hasta que Lázaro Cárdenas lo “invitó a salir del país” del país.
El libro de Ramón Ruíz Rueda, titulado; José de León Toral, es un eslabón más en esta cadena de circunstancias históricas de nuestro país.