Colaboraciones

Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | El “Arete” de Humberto Mariles

La gloria olímpica.

El caballo era tuerto, tenía una hendidura en una de las orejas y por ello lo bautizaron con el nombre de “Arete”.

El corcel nacido en Los Altos, Jalisco, en 1938, fue comprado en 400 pesos por el coronel Rocha Garibay y en cuanto lo vio Humberto Mariles, la comunión entre el equino y el militar fue inmediato. Mariles lo “adoptó” al instante.

Humberto Mariles había nacido el 13 de junio de 1913 en Parral, Chihuahua, siendo un niño -a los 12 años- ingresó a la escuela militar y con el paso de los años logró su ascenso como teniente coronel.

Su inclinación hacia la equitación se desarrollo con tesón y temple, su carácter se fortaleció y ello generó diferencias con altos mandos militares y políticos, incluso con el presidente Miguel Alemán,  quien le prohibió viajar a los Juegos Olímpicos de Londres por el hecho de “tener un caballo con discapacidad, imposibilitado para ganar medallas”, el jinete desacató la orden y partió a Europa para competir en una gira que comenzó en Italia, pero a su llegada a Roma fue detenido por el embajador, Antonio Armendáriz, pero con él tenía buena relación, por lo que compitió y ganó torneos, incluso fue recibido en el Vaticano por el Papa XII.

Miguel Alemán fue olvidando su enojo…

La gloria olímpica: Las crónicas de la prueba ecuestre relataron: “El acontecimiento de hoy fue mucho más impresionante que la fantástica apertura, porque no fueron sólo los últimos momentos de unos juegos, sino la laudable actuación de los jinetes mexicanos. Dos apuestos caballeros: Humberto Mariles y Rubén Unza”.

“…Fue un espectáculo inolvidable ver a Mariles y  Arete ganar la prueba.

En las tribunas, más de 150 mexicanos lanzaron sus sombreros al vuelo y un «¡Viva México!» conminó a la muchedumbre a aplaudir mientras, en el centro de la grama, el presidente del COI, entregaba las medallas a los triunfadores”

Al concluir la prueba Mariles se apeó de Arete, le besó.

La gente invadió el pasto sagrado de Wembley para vitorear al campeón.

-Me siento muy feliz, no tanto por mí mismo sino por mi patria. Subrayó.

La muerte del centauro Humberto Mariles.

Mariles pasó seis años en la prisión por el asesinato de un hombre a quien hirió al dispararle en el estómago tras un accidente automovilístico. Recuperó su libertad en 1971.

Un año después, murió en Francia, el 7 de diciembre.

Su legado quedó en la historia de los Juegos Olímpicos, e inmortalizado en el danzón  “El Arete de Mariles”, de Acerina y su Danzonera.

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