Colaboraciones

Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Arnold Belkin. El nuevo muralismo.

Su huella está plasmada en murales de gran profundidad y sensibilidad artística.

El centro de su obra es el ser humano.

Su pintura convoca a todos los auditorios, es expresiva.

Su mural dedicado a Emiliano Zapata y a Francisco Villa en la silla presidencial muestra los alcances de una lucha y la vulnerabilidad de los protagonistas.

Arnold nació el 9 de diciembre de 1930, en Canadá.

A la edad de 18 años llegó con sus padres a México 

Ellos mismos ejercieron influencia en su interés por el movimiento muralista mexicano.

En México ingresó a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” del INBA. También se incorporó al Taller de Ensayo de Materiales y Plásticos del Instituto Politécnico Nacional.

La influencia que recibió desde sus primeras lecciones lo acercó a la obra de José Clemente Orozco.

En los años cincuenta, colaboró como ayudante de David Alfaro Siqueiros en el mural Patricios y patricidas en la Ex Aduana de Santo Domingo y, en los murales dedicados a Cuauhtémoc en el Palacio de Bellas Artes. Esta experiencia fue fundamental en su proceso creativo. Después de ella, Arnold comenzaría a realizar sus propios murales.

Para la década de los 60, el pintor entendió los cambios que se sucedían merced a nuevos momentos culturales que exigían un replanteamiento de la actividad artística.

Entonces comenzó a expresarse con mayor ímpetu, con la exigencia de realizar obras de gran contenido y compromiso social.

Arnold Belkin dio los primeros pasos y avances en el nuevo muralismo en México, el muralismo con una nueva narrativa. “Imágenes que cuentan historias”.

Arnold se documentó en la historia nacional, recuperó los hechos acontecidos y los plasmó con maestría y una consagrada majestuosidad estética.

Siempre se observa en la obra del pintor, el drama de la guerra, la necesidad de la esperanza y el gesto sublime de la solidaridad.

Sus personajes aun sin sonido, tienen voz.

Es fácil observar también que cada cuadro, parece que es una puesta en escena y su diseño geométrico le da un movimiento a la creación que se puede observar desde todos los ángulos dimensionando mejor cada rasgo, cada gesto y la intensidad de lo plasmado.

La obra de Belkin ha estado considerada socialmente mexicana y, en ella, prevaleció invariablemente la máxima de que el arte debe de ser comprendida por todas las personas.

Falleció el 3 de julio de 1992 en la Ciudad de México.

Arnold Belkin, un artista con compromiso social que también llegó de lejos.

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