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Paso a desnivel | Por: David Cárdenas Rosas | Ángela Peralta, la soprano mexicana que le cantó a al emperador Maximiliano.

Sus presentaciones en Europa, los EUA y Asia  fueron los espacios que aclamaron el talento de la soprano mexicana Ángela Peralta.

Ángela Peralta nació en Sinaloa, y acompañada de su carácter esforzado, se abrió paso en el mundo de la ópera.

Quién por su timbre de voz sería más adelante conocida como “El Ruiseñor Mexicano”, recibió la educación artística en México desde que tenía seis años.

Y fue a la edad de quince, cuando su padre la impulsó a ganarse un espacio  internacional y la ayudó a  emprender una gira por las ciudades más importantes de Europa.

Nada le fue obsequiado y ante las figuras más prominentes, Peralta logró el triunfo en los principales escenarios del mundo con tan sólo 20 años de edad.

Corría el año de 1865 cuando Ángela Peralta recibió la invitación imperial para presentarse ante a Maximiliano de Habsburgo quien, interesado  por lo que se sabía de sus presentaciones, supo que era imperativo escucharla.

El emperador mandó que se remozara el Teatro Imperial de la Ciudad de México para que la estancia y voz de la soprano tuviera la mejor resonancia.

Esta sería la mejor presentación de Ángela Peralta y en su propio país.

Los relatos señalan que el 20 de noviembre de 1865, los habitantes de la ciudad de México salieron a las calles a recibir a la cantante.

Ángela Peralta, “El Ruiseñor Mexicano” mostraba su asombro ante tan regia bienvenida.

El día 28 de noviembre el teatro de pie aplaudió de pie a la artista.

El emperador Maximiliano de Habsburgo lleno de asombro decidió nombrarla Cantante de Cámara del Imperio.

Con este nuevo reconocimiento, Peralta recorrió el Bajío con óperas logrando sonados éxitos.

Al mismo tiempo, Ignacio Manuel Altamirano, combativo periodista criticó a Ángela por haber aceptado el título de “cantarina de cámara”. Señaló que “la gran trayectoria y fama que había logrado en Europa se marchitaba, triste y vergonzosamente ante el nombramiento otorgado por una corte bufa”.

Ángela triunfó en su patria y luego zarpó a Europa  para continuar con sus éxitos.

Sin embargo, su esposo enfermó al llegar a París, y no sobrevivió más que unos meses. La pérdida la obligó a volver a México .

Tiempo después por una infección fulminante de fiebre amarilla, Ángela Peralta perdió la vida con tan sólo 38 años.

Hoy, varios teatros mexicanos llevan su nombre.

Debido a que fue una de las sopranos más exitosas en la historia de la ópera en México, varios teatros del país llevan su nombre.

Sus restos se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres.

Ángela Peralta una mujer que rompió barreras.

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