Paso a Desnivel | David Cárdenas Rosas | Francisco Cárdenas recibió 18 mil pesos por dispararle a Francisco I. Madero.
Al final se suicidó. Y lo hizo lejos de su patria.
La patria a la que agravió dando muerte a Francisco I. Madero.
La historia relata que el 22 de febrero de 1913, este soldado fue llamado a presentarse ante el general Aureliano Blanquet.
Aureliano le expresó que “la patria requería de un gran servicio el cual consistía en dar muerte a Francisco I. Madero, José Ma. Pino Suárez y a Felipe Ángeles.
En la verborrea, Blanquet, le comentó al subordinado que este era un acuerdo tomado por todo el gabinete, y después de darle la encomienda, lo llevó ante Félix Díaz y ante el ministro de guerra Manuel Mondragón.
La instrucción fue confirmada y Francisco Cárdenas escuchó…
Francisco Cárdenas nació en La Palma, Sahuayo, actualmente municipio de Venustiano Carranza, siendo adolescente a los diecisiete años se marchó de su casa, vivió en la Ciudad de México, lugar donde ingresó a la milicia, prestando sus servicios en la 3ª Compañía del 5º Cuerpo Rural.
Los relatos coinciden, en que era un elemento indisciplinado y fue arrestado por reñir con un compañero de clases, y días mas tarde por abuso de autoridad.
Pese a ello, Francisco Cárdenas fue ascendido a sargento ya que era fiel al presidente Porfirio Díaz, así, alcanzo un rango mayor de rurales y le fue asignado y puesto a su custodia la hacienda del yerno del presidente Porfirio Díaz. Era obvio que el soldado era un férreo opositor a la revolución maderista.
Volvamos al día 22 de febrero de 1913. Después de los halagos de que fue objeto por parte de Felix Díaz y Aureliano Blanquet, los golpistas le explicaron a Cárdenas que la comisión consistía en simular un asalto.
Ante la seriedad y riesgo de la comisión, Francisco Cárdenas pidió confirmar la orden con Victoriano Huerta. El traidor Huerta corroboró que se trataba de una decisión consensuada por todos los ministros, Cárdenas le preguntó si habría de matar a los tres prisioneros, a lo que Huerta le contestó con frialdad: «Bueno, que se quede Ángeles, pero los otros dos, hay que matarlos hoy mismo».
Cárdenas, en compañía de Rafael Pimienta, Francisco Ugalde y Agustín Figueres, llevó a cabo el plan trazado: transportaron a Madero y Pino Suárez hacia la penitenciaría de Lecumberri, al llegar al lugar, el recién nombrado director de la cárcel, Luis Ballesteros, les indicó que los esperaban al fondo del costado oriente. Una vez en ese sitio apartado, Cárdenas mató a Madero, mientras que Pimienta hizo lo mismo con Pino Suárez. Después, para fingir el asalto, dispararon a los vehículos. Mondragón le pagó a Cárdenas y a sus acompañantes la cantidad de dieciocho mil pesos por haber cumplido la comisión. Al año siguiente Francisco Cárdenas alcanzó el grado de general.
Cuando cayó el régimen huertista en 1914 y firmarse los Tratados de Teoloyucan, Cárdenas escapo a Guatemala.
México pidió su extradición por los asesinatos de Madero y Pino Suarez.
Fue conducido a la ciudad de Guatemala, en el trayecto intentó sobornar a sus captores, los cuales se negaron. El 29 de noviembre de 1920 Al llegar a la Plaza de Armas de la capital sacó una pistola calibre 32 marca Galand que llevaba escondida en su bota, disparó contra el soldado Julián Cázares, a quien hirió en la nuca, antes de que el resto de la tropa reaccionara, Francisco Cárdenas se suicidó disparándose en la boca .
Cualquier cosa antes que enfrentar a la justicia.
Así murió el general de los 18 mil pesos.