Paso a Desnivel | David Cárdenas Rosas | En México, nazis atacaron a Pablo Neruda.
Ni en su libro, “Confieso que he vivido”, ni en “Para nacer he nacido”, mencionó el lamentable suceso.
Un hecho en el que el poeta estuvo a punto de perder la vida.
Fue Cuernavaca el escenario de una golpiza al poeta chileno.
Similar a la narrada por Malcolm Lowry en ‘Bajo el volcán’.
Corría el año 1941, en plena Segunda Guerra Mundial.
El poeta, nombrado apenas un año antes cónsul chileno en México, se encontraba en Cuernavaca, Morelos, la ciudad de la eterna primavera.
Después de comer en el restaurante de un hotel, Neruda y sus amigos brindaron por la victoria de los aliados en Europa.
Los vítores a Roosevelt, Churchill y Stalin en una mesa de al lado.
Un grupo de alemanes armados se abalanzaron a golpes contra ellos. En particular en contra de Pablo Neruda.
Volaron sillas, hubo golpes y culatazos de revólver.
El poeta recibió un duro golpe que le propició una herida en la cabeza.
Fue trasladado a la Ciudad de México con el riesgo de conmoción cerebral.
Tres días después del incidente, el 31 de diciembre, Neruda escribió una carta al poeta Diego Muñoz contándole lo sucedido: “En una mesa vecina bebían un grupo de nazis, 8 o 10 individuos con cuello de toro y cabeza de fierro (…). Haciendo el saludo nazi se lanzaron contra nosotros, que naturalmente nos defendimos. Yo recibí un golpe en la cabeza. Cuando me vieron enteramente cubierto de sangre, decidieron apretar y se fueron en sus coches”.
Confieso que he vivido, publicado póstumamente en 1976, en México, no relató el hecho.
Este dato -sin embargo- retrata en todo caso el momento de efervescencia y extremismo político.
El mismo día del ataque, Winston Churchill pronunciaba un discurso lleno de optimismo, asegurando que en tan solo un par de años los Aliados lograrían la victoria.
Tan solo tres semanas antes, se había producido la destrucción de la flota americana en Pearl Harbor.
Mientras que México y, en particular Cuernavaca, se habían convertido en un refugio de espías nazis.
Investigadores relatan que “Cuernavaca era un lugar favorito de encuentro para los nazis los domingos. La ciudad tenía diversos restaurantes cuyos dueños eran alemanes”.
Neruda es recordado hoy por su fervor militante comunista.
Y desde su labor diplomática ya había denunciado al fascismo europeo, al nazismo y, desde su poesía y desde su escaño se pronunció personalmente en contra de Hitler, Franco y Mussolini, ganándose el calificativo de “poeta judío”.
El atentado en contra de Pablo Neruda se dio en el Hotel Alemán, “Rancho Amanalco”.
El amor que le tuvo Neruda a México está grabado en cada una de sus obras y en su labor como Cónsul, poeta y ciudadano del mundo.