Paso a Desnivel | David Cárdenas | Pedro de Arrieta. Constructor de la primera Basílica de Guadalupe.
Las ciudades, los barrios y los pueblos tienen una memoria que está constituida por sus construcciones, monumentos, plazas y sitios que se convierten en espacios comunes y son sin duda puntos referenciales y representativos de un lugar o una época.
Así podemos admirar, plazas, escuelas, y centros de fé entre otras obras, que son la memoria petrea de una forma de vida.
Uno de estos espacios que es centro de gran importancia para la feligresía en América Latina es La Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México. Su constructor fue Pedro de Arrieta.
Pedro de Arrieta fue un arquitecto al que se atribuye su nacimiento en Real de Minas, Pachuca, -aunque hay quienes señalan que nació en España- quién construyó la primera basílica dedicada a la Virgen de Guadalupe y que inició su construcción en marzo de 1695.
El día 1 de mayo de 1709 esta basílica abrió sus puertas, con un solemne novenario.
El estilo que sirvió de base para esta construcción es el barroco mexicano, que se destacó por la creación de formas expresivas, contrastantes, realistas y artísticas que tuvieron gran aceptación entre la sociedad de la nueva España.
Destacan, por una parte, esculturas talladas y policromadas que además de mostrar las habilidades técnicas de los artesanos, reflejan la expresividad y los contrastes de color propios del barroco novohispano.
El arquitecto Pedro de Arrieta fue uno de los principales arquitectos del siglo XVIII, con el que inicia la etapa del barroco en México.
El arquitecto trabajó principalmente en iglesias y conventos como la mencionada Basílica de Guadalupe, la Iglesia de Profesa, el Convento de Corpus, así como también el Palacio de la Inquisición, actualmente escuela de medicina.
Su obra se destaca por la enorme capacidad de trabajo, el uso de materiales típicos de la cuenca del Anáhuac como el tezontle. Arrieta supo darle su sello personal con la influencia del arte indígena y otros elementos arquitectónicos sutilmente mezclados en el contexto de sus diseños.
Su obra es principalmente arquitectura religiosa, misma que tuvo una gran influencia en el arte y cultura de esa época.
Pedro de Arrieta falleció en la Ciudad de México el 15 de diciembre de 1738 y fue sepultado en la capilla de la Soledad de la Catedral de México.
Sus magnificas obras permancen y son un referente de la llamada ciudad de los palacios.