Panteón se llena de colores globos y canciones
- Tras un año de no poder asistir por la pandemia, familiares visitan a sus seres amados; hay rostros cabizbajos, pero también contentos
Ciudad de México, 02 de noviembre del 2021.- Es el Panteón General de Iztapalapa, al oriente de la Ciudad de México. Es un Día de Todos los Santos peculiar, pues, a diferencia del año pasado, cuando fue cerrado este cementerio a causa del Covid-19, cientos de personas acudieron ayer al camposanto para rendir tributo a sus difuntos como no lo hicieron en 2020.
En la víspera del Día de Muertos, aquí, una soleada tarde recibe a miles de personas que, con distintos tipos de flores, se abren paso entre el “portal de la vida y la muerte” para venerar a sus difuntos en estas fechas.
El semáforo verde en la capital del país ha provocado que las flores de cempasúchil, arreglos, globos y veladoras vuelven a adornar las lápidas. En el aire rondan los sonidos de las canciones que eran del agrado del difunto.
En una de las lápidas la señora Teresa Rivera escucha, cabizbaja y en solitario, Let it be, de The Beatles, una de las canciones que le gustaba a su hermano Ignacio, quien falleció en 2017. Ella es una de las más de 2 mil 400 personas que acudieron al panteón.
“Me da gusto poder venir y brindarle estas flores y canciones a mi hermano. Tenía más de un año por la pandemia de no poder venir para limpiar y estar con mi hermano. Hoy me siento feliz de poder venir a ponerle sus canciones y sus flores”, explica.
Más adelante, en silencio, Alfredo y su madre observan con emoción la tumba de su padre y esposo, respectivamente. En ese lugar también descansan los restos de sus abuelos. Entre lágrimas la señora recuerda que hace un año su esposo partió de este mundo y por la pandemia no habían podido venir a visitarlo.
“Ya tenía muchas ganas de ver a mi papá de visitarlo, traerle flores, limpiarle. Ya más de un año de no poder traele flores, pues ya teníamos muchas ganas de venir a visitarlo a él y a mis abuelos. Desde niño he venido a dejar flores, mi padre vino aquí a dejar flores a sus suegros y ahora nos toca a nosotros”, menciona Alfredo.
En uno de sus costados de este cementerio, una familia acomoda globos, juguetes y dulces al convivir en una tumba que guarda los restos de tres niños.
Uno de ellos es Mario, hijo de la señora Rosa Icela, quien lleva nueve años muerto y que cada 15 días era recordado por su madre; sin embargo, con la pandemia esa costumbre fue interrumpida, por ello esta tarde toda su familia vino a recordarlo.
“Yo cada 15 días venía al panteón, por eso ya extrañamos venir aquí porque siempre he venido a ver mi hijo… Ahora que ya abrieron tenemos mucha emoción, como murió chiquito, pues siempre estoy aquí con él, cuando recién falleció, yo le traía su agua caliente, lo bañaba, le hacia como si lo hubiera yo tenido”, cuenta.
El lugar de a poco a poco se va llenado con colores amarillo, blanco y morado, la convivencia con la pandemia se ha normalizado, la mayoría de las personas usa cubrebocas y de cuando en cuando el personal repite cuáles son las medidas sanitarias. Desde lejos el viento trae consigo una canción infantil apenas perceptible, una que les recuerda a Norma Guzmán y a su esposo Rafael Maza a su hijo fallecido.
Con información de: https://www.eluniversal.com.mx/