19 de agosto de 2016.- El pájaro bobo de patas azules tiene un apellido más que apropiado. Los machos lucen con orgullo sus fabulosas patas. Durante el ritual de apareamiento, los machos presumen de ellas, pavoneándose ante sus parejas potenciales con altas zancadas. Cuanto más azules son las patas, más atractivo es el macho.
Esta especie de pájaro bobo vive frente a las costas occidentales de América del Sur y Central. La población de las Islas Galápagos supone cerca de la mitad de todas las parejas reproductoras de pájaros bobos de patas azules.
Al igual que otros pájaros bobos, los patas azules anidan en tierra durante la noche. Al amanecer, alzan el vuelo en busca de peces, y a veces pescan en grupo. Pueden volar grandes distancias mar adentro mientras escudriñan las aguas en busca de bancos de peces pequeños, como la anchoa. Cuando avistan a su presa, estas aves marinas utilizan sus adaptaciones físicas, que hacen de ellas unos excepcionales buceadores. Retraen sus grandes alas alrededor de su estilizado cuerpo y se zambullen en el agua desde una altura de 25 metros. También pueden flotar en la superficie y sumergirse desde esa posición.
El pájaro bobo de patas azules también usa sus pies palmeados para cubrir a sus polluelos y mantenerlos calientes. Cuando eclosiona la nidada, compuesta habitualmente por entre uno y tres polluelos, ambos padres se ocupan de su cuidado y alimentación.
La cerca de media docena de especies de este pájaro recibieron el nombre de «bobo» porque los primeros colonos españoles pensaron que eran pájaros torpes e incautos cuando los vieron en tierra, su entorno menos propicio.
Con información de: NATIONAL GEOGRAPHIC
