¿No tienes nada de paciencia? Podría tratarse de una enfermedad que requiere atención
Lee atentamente y dinos si te identificas: una persona se sienta a tu lado (extraña o no) y todo está bien entre ustedes, hasta que… ¡comienza a mover su pierna de manera repetitiva en señal de nerviosismo!. Esto te «saca de tus casillas» y hasta piensas en pedirle que pare de una vez.
Otro ejemplo: vas caminado tranquilo por la calle, pero de pronto ves a personas correr en la dirección opuesta a ti. Sin preguntar, corres junto a ellos aunque no sepas a dónde te diriges.
Si has pasado por al menos una de estas situaciones, podrías tener misokinesia, un padecimiento que si bien no es nuevo, al fin tiene nombre y explicación concreta por parte de la Universidad de Columbia Británica (UBC).
¿Qué es la misokinesia?
Los investigadores llaman así a un fenómeno específico de ansiedad, mismo que se presenta cuando las personas a nuestro alrededor «se mueven demasiado.»
Y es que por lo general, sólo se habla del nerviosismo que siente alguien que mueve repetidamente la pierna, o bien, se explica en aquel que siempre juega con los objetos de su alrededor (lápices, vasos, etc.)
Rara vez se explica la ansiedad y el hartazgo que se producen en las personas que atestiguan dichos comportamientos. Lo creas o no, los especialistas aseguran que merecen su propio estudio.
Las consecuencias conductuales entre quienes sufren misokinesia son muy diferentes. Hay afectaciones en mayor o menor medida según el caso, pero en la mayoría de ellos, puede desatarse repudio por las personas demasiado nerviosas.
Lo anterior derivaría en esquivar eventos sociales, desarrollar falta de empatía, y hasta devenir en posibles agresiones de diversa índole.
Según el estudio de la UBC (que conllevó el monitoreo de 4 mil 100 individuos), una de cada tres personas padece microkinesia, pero claro, no todas lo manifiestan de forma peligrosa.
Para explicar por qué se origina este fenómeno, los investigadores lo aludieron a una activación exagerada de las llamadas neuronas espejo, es decir, aquellas que el organismo usa para moverse.
En este sentido, el estudio concluye que las personas que experimentan misokinesia, «pueden reflejar» movimientos ajenos como propios: el nerviosismo se replica a nivel emocional, así como el enojo o el dolor.
Esto explica por qué muchos no toleran ver a otros mover la pierna repetidamente en señal de estrés: asumen la angustia como suya sin saber por qué, por lo que optan por callar lo que les produce la alerta a nivel neurológico.
Mientras tanto, los investigadores aseguraron que la misokinesa es una»hermana cercana» de la misofonía, es decir, la intolerancia a ruidos repetitivos (como cuando alguien mastica muy fuerte o un teléfono suena sin parar).
Con información de: https://www.vix.com/es