No queremos disculpas de gobiernos, ni de la iglesia; exigimos atención para indígenas: CSH
Ixmiquilpan, Hgo., a 12 de octubre de 2020.
En el mundo las naciones han aprendido de la historia, Alemania se levantó del holocausto, Italia del fascismo y Japón de 2 bombas atómicas, aceptaron su pasado, aprendieron de él, y construyeron un futuro promisorio, en contraste en México tenemos un gobierno que no entiende, que las heridas de la historia tienen que sanar y buscar la armonía entre las culturas indígenas y la diversidad, mencionó Anayeli Mejía Reséndiz, presidenta del Consejo Supremo Hñahñu, al referirse al 12 de octubre, que se conmemora el Encuentro de 2 mundos.
Pedir que España se disculpe por las atrocidades cometidas durante su incursión en América, es volver al pasado que ya debemos sepultar, no sin antes aprender de ello, no sabemos cual sea el objetivo del gobierno federal con estas acciones, cuando el país esta en crisis de salud, económica y social, su prioridad en este momento debe ser atender las tareas para las que fue electo.
La carta al Vaticano solicitando disculpa, nos parece fuera de lugar, sobre todo teniendo otros temas urgentes, pero en todo caso se debe tratar de canciller a canciller, o de jefe de estado a jefe de estado. Más oportuno nos parecería una carta solicitando disculpas a Trump, quien no se cansa en llamar a los migrantes mexicanos asesinos y violadores.
Los indígenas que no somos ni fifís ni conservadores, le proponemos al presidente Andrés Manuel López, deje de recortar los programas que desarrollaban las comunidades y pueblos, como lo es: El 3 x 1 para migrantes, las Casas de la Mujer Indígena, el Seguro Popular, las Estancias Infantiles, los Refugios para Mujeres Indígenas Violentadas, Prospera, los programas para campesinos, entre muchos otros.
Finalmente la ingeniera Anayeli Mejía, lideresa del Consejo Supremo Hñahñu, invitó a todos los mexicanos a unirnos en la adversidad originada por la pandemia, a respetar a los que piensan diferente y solicitar a las autoridades que no nos ofendan con motes o descalificaciones, que no nos dividan en buenos y malos, que mejor nos inviten a la unidad y a la armonía que tanta falta hace en este tiempo.