No basta reducir el CO2 para evitar una catástrofe climática: expertos
Madrid, 25 de mayo del 2022.- La reducción de las emisiones de dióxido de carbono, por sí sola, no puede evitar un calentamiento global catastrófico, según determina una nueva investigación.
Una estrategia que reduzca simultáneamente las emisiones de otros contaminantes diferentes al dióxido de carbono, en gran medida ignorados, disminuiría la tasa de calentamiento global a la mitad, y daría al mundo oportunidad de luchar por mantener el clima seguro para la humanidad, plantean los autores.
El estudio, publicado esta semana por la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, es el primero que analiza la importancia de reducir los contaminantes distintos del dióxido de carbono frente a la mera disminución de las emisiones de combustibles fósiles, tanto a corto como a medio plazos, hasta 2050.
Confirma los crecientes temores de que el actual enfoque casi exclusivo en el dióxido de carbono no puede evitar por sí solo que las temperaturas globales superen los 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, límite aceptado internacionalmente más allá del cual se espera que el clima mundial pase por puntos de inflexión irreversibles.
De hecho, es poco probable que esa descarbonización por sí sola impida que las temperaturas superen incluso el límite mucho más peligroso de los 2 grados Celsius.
El estudio, realizado por científicos de las universidades de Georgetown y de Texas A&M, así como del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego y otros centros de Estados Unidos, concluye que la adopción de una “estrategia dual” reduciría el ritmo de calentamiento a la mitad de aquí a 2050, haciendo mucho más probable que se mantenga dentro de esos límites.
Los contaminantes que no son dióxido de carbono incluyen el metano, los refrigerantes de hidrofluorocarbono, el hollín negro, el esmog de ozono a nivel del suelo, así como el óxido nitroso. El estudio calcula que, en conjunto, contribuyen al calentamiento global casi tanto como el dióxido de carbono. Dado que la mayoría de ellos dura poco tiempo en la atmósfera, su reducción frena el incremento de la temperatura más rápidamente que cualquier otra estrategia de mitigación.
Sin embargo, hasta ahora, la importancia de estos contaminantes distintos del dióxido de carbono ha sido infravalorada tanto por los científicos como por los responsables políticos y se ha descuidado en gran medida en los esfuerzos para combatir el cambio climático.
Informes recientes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático concluyen que la reducción de las emisiones de combustibles fósiles –la principal fuente de dióxido de carbono– mediante la descarbonización del sistema energético y el cambio a energías limpias, de forma aislada, empeora el calentamiento global a corto plazo.
Con información de: Reuters