Amablemente exigente, cuidó siempre la presencia del escenario. Los músicos, los coros, las luces, el audio, todo siempre estuvo pensado para arroparle del primer al último instante de su actuación.
Mantuvo siempre la estética en sus atuendos, lo mism o con lentejuela o en la sobriedad de su vestimenta negra de pies a cabeza, ya con la melena de aquellos tempos o el corte formal.
Entre tema y tema mantenía una cálida interacción con el auditorio, mismo que éste, le reconocía siempre con el mejor de los halagos. El aplauso.
Invariablemente, ya de pie, o en una silla ejecutando magistralmente las notas de su guitarra al interpretar “Song song blue”, o “Sweet Caroline” o “Soolaimon”, que significa “La paz sea contigo”, su presencia era, inmaculada.
Neil Diamond, un compositor y cantante que robó el corazón de los espectadores en sus conciertos, que fueron casi siempre multitudinarios.
Grabó decenas de álbumes.
Vendió mas de 130 millones de copias.
Su estilo conciliador y armonioso, moderado y sintético apoyado en el country y con ligeros periplos hacia el rock, lo hicieron el favorito de varias generaciones.
Amable para ellos, exquisito para ellas, empalagoso para sus detractores. Neil Diamond ocupo espacios en la radio, el cine, y su voz siempre fue, y es bienvenida en todo momento.
Neil Diamond nació en 1941 en Brooklyn, NY.
En la adolescencia las amistades llegaron y con ellas charlaba sobre sus sueños en los escenarios.
Se menciona que en esa época ya escribía, y hubo quienes leyeron los versos que dedicaba a las chicas para enamorarlas. Puede ser.
Trabajó en distintos lugares antes de incorporarse a la Universidad de Nueva York donde realizó estudios de Medicina y participó en torneos de esgrima. Pero no, no era lo suyo.
Neil Diamond decidió dedicarse a la composición y a la música acompañado de su guitarra.
Su primer éxito llegó en 1965 con “Sunday and me”, Le siguieron otros; “I’m a believer”, “Red, red wine”, “Song sung blue” y, sobre todo, “Sweet Caroline”, el tema más versionado de Diamond.
Esta melodía está inspirada en la hija del presidente John Kennedy.
Diamond compuso musicalizó la película. Juan Salvador Gaviota de 1973.
Varias canciones suyas han sido utilizadas en otros títulos cinematográficos, como hizo Quentin Tarantino en Pulp fiction.
La modulación de su voz que transita del grave al agudo, el aire delicado de su canto, y su estilo personal, han hecho de Neil Diamond un ineludible en la música.
Hay que tener de él, siempre un disco a la mano, por si acaso.
