Murió la famosa orca Tilikum y resurge el debate sobre el cautiverio de estos animales
10 de enero de 2017.- En 2013 se estrenó el documental Blackfish de Gabriela Cowperthwaite, que estuvo rodeado de una enorme controversia.
El documental está principalmente centrado en Tilikum, una orca macho que fue capturada en 1983 en las costas de Islandia, y que desde entonces había estado en cautiverio; desde 1992 se encontraba en el SeaWorld de Orlando, Florida, haciendo las habituales gracias para el público que son el principal atractivo de estos parques acuáticos.
Este 6 de enero, SeaWorld anunció que Tilikum ha muerto.
Había sufrido a comienzos de 2016 una infección pulmonar ocasionada por una extraña bacteria resistente, y su estado se fue deteriorando gravemente.
Orca asesina
Blackfish, el documental, retrata de manera brutal y escalofriante algunos de los ataques que las orcas en cautiverio han emprendido hacia humanos.
Tilikum es el centro del documental porque su comportamiento violento tuvo como saldo tres víctimas fatales.
El documental argumenta de manera bastante convincente que el comportamiento violento de Tilikum se debe a sus condiciones de vida, a su cautiverio, al estrés que supone ser alejada de su hábitat natural, el vasto mar, para vivir en una pequeña piscina en la que apenas tiene espacio para moverse, y luego seguir las instrucciones de sus entrenadores para entretener al público.
También sostiene, con base en diferentes estudios, que estar en cautiverio reduce las esperanzas de vida de las orcas.
Tilikum, sin embargo, murió con 35 años, cuando la esperanza de vida promedio es alrededor de 30 años para las orcas macho.
La principal controversia tras el lanzamiento del documental fue evidentemente la recepción por parte de la compañía SeaWorld.
Un comunicado oficial aseguró que la película era engañosa, y que además se aprovechaba de una tragedia para exponer su punto de vista que, por otra parte, según SeaWorld, es equivocado.
También se quejan de que el documental no revela datos esenciales sobre la compañía, como sus esfuerzos de rescate, rehabilitación y regreso a la vida salvaje de algunos ejemplares, y de los millones de dólares que invierte en la investigación científica y la conservación de estos animales.
Por otra parte, algunos de los empleados de SeaWorld, entrenadores que fueron entrevistados para el documental, dijeron que la película había manipulado sus declaraciones o sus realizadores no habían sido sinceros sobre sus intenciones.
Muchas organizaciones de preservación oceánica, expertos y biólogos marinos sin embargo respaldan la tesis del documental, algo que, en realidad, parece simple sentido común: para un animal que por naturaleza vive en el océano, estar encerrado en una piscina y en un ambiente como los de los acuarios recreativos, es una experiencia traumática y tortuosa.
El documental tuvo un fuerte impacto en el desempeño comercial de los parques de SeaWorld.
En agosto de 2015 la compañía dijo que sus ingresos habían caído un 84 % respecto al año anterior. La cantidad de visitantes mientras tanto se redujo en 100.000 y las acciones de compañía cayeron un 44 %.
Un problema vigente
De todas maneras, el problema sigue estando presente.
La práctica de capturar orcas y ponerlas en cautiverio dio comienzo en la década del 60, cuando comenzaron a surgir los acuarios públicos y los parques acuáticos, y se extendió gracias a que los animales rápidamente demostraron su inteligencia, su capacidad para ser entrenados, su espíritu juguetón y, por supuesto, su belleza e impresionante tamaño.
Desde entonces alrededor de 150 orcas han sido capturadas en los océanos y puestas en cautiverio. 128 de esas ya están muertas, pero la población ha crecido gracias a los programas de cría que estos mismos acuarios implementaron.
Se estima que solamente en SeaWorld han muerto al menos 45 ejemplares.
Según los últimos reportes, en el mundo hay actualmente 56 orcas en cautiverio, 33 de ellas nacidas así.
Se encuentran en los diferentes parques de SeaWorld en los Estados Unidos (Orlando, San Diego, San Antonio), pero también en otros países como Argentina (un ejemplar en Mundo Marino) y España (6 orcas en Loro Parque).
Las principales organizaciones de protección animal centran sus preocupaciones en diferentes problemas que han sido probados para las orcas en cautiverio, originados entre otras cosas por el tamaño de los lugares donde viven, las condiciones del agua, la alimentación, los cuidados y el entrenamiento.
Aunque no hay un consenso al respecto, varios expertos creen que las esperanzas de vida se reducen un tercio con respecto a los ejemplares que viven en su hábitat natural.
También se han observado diferentes enfermedades, entre ellas algunas en la piel debido a la exposición prolongada a los rayos del sol (en los océanos suelen estar en lugares mucho más profundos, y también suelen vivir en altas latitudes con una menor intensidad de rayos ultravioleta).
Otra afección muy frecuente para las orcas en cautiverio es en su aleta dorsal, que por razones que todavía no han sido del todo esclarecidas, suelen quedar quebradas o dobladas hacia un costado.
Tilikum y su aleta doblada
El documental y el ejemplo de Tilikum sirven como fuertes argumentos en contra del cautiverio de orcas, aunque ya hace mucho tiempo que la práctica es polémica y ha sido criticada por muchos actores y activistas.
Lentamente, el asunto parece estar cambiando.
En marzo de 2016, SeaWorld comunicó que pondría fin a su programa de cría de orcas y comenzaría a eliminar gradualmente las atracciones que incluyen las actuaciones de estos animales.
Parecería entonces que al final el documental no era tan falso como dijeron en un principio.