Muestra sobre culturas africanas cautiva en Antropología
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), las piezas, principalmente del siglo XIX y XX, dan cuenta de la complejidad de las identidades culturales alrededor de la cuenca del río Congo, además de los rasgos afines que impregnaron en la intensa relación con sus aguas.
Está dividida en cinco secciones, “Máscaras en forma de corazón”, “Relicarios y estatuas de ancestros”, “Representaciones femeninas en las sabanas subecuatoriales”, “Instrumentos musicales”, y “Abstracción” y muestra objetos de tribus como la lega, bembe, fang, vuvi, kota, punu, adouma, eshira, luba, ngombé, tsogho, kwele, teke, pomo, nbete, pende, suku, kongo y songye.
Los objetos que allí se encuentran fueron elaborados en fibras textiles, maderas, piel, marfil, plumas, hueso, rafia, hierba, follaje, cerámica, caolín, resinas, algodón, hierro, latón, cobre, vidrio, conchas, perlas y pigmentos.
Se encuentran acompañados por cédulas informativas en las que se leen sus características, lugar de creación, material, año, y colección de la que es parte. Además, una pantalla proyecta documentos audiovisuales subtitulados al español en la que se puede conocer más de las diferentes tribus que se presentan en la exposición.
En “Máscaras en forma de corazón” se pueden observar máscaras creadas por pueblos de la selva ecuatorial, hechas generalmente de madera de marfil, muchas cóncavas y talladas en bajorrelieve.
En “Relicarios y estatuas de ancestros” destacan distintas figuras de diferente tipo: buenos y malos, peligrosos, muertos de manera violenta, de espíritus de la naturaleza.
Entre las piezas están dos guardianes que ven en dos direcciones diferentes, una estatua femenina, cubierta de aceites vegetales, la cual tenía una función sagrada y una presencia fuerte en la mirada, un Perro protector con clavos, el cual es la representación de un animal doméstico empleado para activar la fuerza e impedir el paso de los malos espíritus.
La sección de “Representaciones femeninas en las sabanas subecuatoriales” permite apreciar el papel esencial que jugó la mujer en la paulatina transformación de las sociedades africanas. Las representaciones femeninas en máscaras y estatuas son testimonios de esta posición.
Aquí se pueden ver a la reina Nzinga del reino de la Matamba en territorio del Congo y las esposas reales de los kuba o de los luba hasta la reina de los holo, entre otras madres respetadas.
Se expone que la mujer está simbólicamente unida al ciclo de la vida, a la luna nueva, las estaciones, la agricultura y cualquier forma de fertilidad.
Para el apartado de “Instrumentos musicales” se han colocado instrumentos musicales y mobiliarios, indispensables en la cultura africana por ser empleados en las ceremonias, pero también por el placer de acompañar los cantos y relatos.
Tambores, sonajas, silbatos, y arpas son los instrumentos que pueden verse en mayor cantidad, pero también hay barriles de tambores adornados con motivos geométricos grabados o esculpidos.
En África Central las arpas son equiparables a estatuas o incluso a individuos, la caja de resonancia, generalmente acinturada evoca el cuerpo femenino. El cordal, especie de mango sobre el que están fijadas las clavijas, penetra en la caja, lo que remite al principio masculino. Llaman la atención las arpas provistas de piernas, lo que refuerza la semejanza del instrumento con un personaje.
En la sección de “Hacia la abstracción” se indica que a principios del siglo XX varios artistas europeos encontraron una nueva fuente de inspiración estética en las esculturas y las máscaras provenientes de África.
De hecho, las artes negras como se conocían en aquella época ya fuera de arte africano o de Oceanía, no pueden desligarse de ciertas obras de los más grandes pintores y escultores occidentales, en ocasiones también coleccionistas.
En este apartado destacan los Paño dinero de la cultura kuba, realizados con rufia y fibra de palmera, atesorados por el pintor Henri Matisse.
Un extra que presenta el montaje en México es la exhibición de armas, destaca el INAH, apartado en el que se destaca la extracción y el trabajo metalúrgico se practicaron en África Central desde el siglo IX antes de nuestra era, en la que se produjo cuchillos, espadas, sables, lanzas o puntas de flechas.
Las armas de África Central son célebres por su equilibrio, su aspecto ofensivo y sus bellas formas. Fueron coleccionadas por los europeos desde el siglo XVI y formaron parte de los primeros objetos africanos llevados a Europa.
Así, se observan hachas de lujo, la moneda liganda, los cuchillos arrojadizos museles, cuchillo arrojadizo kipinga, el cuchillo arrojadizo moko-ndo, cuchillo arrojadizo ondo, también hay cuchillos y su funda, espada mambeli (arma de lujo bwagogambanza), cuchillo ifangbwa, cuchillo y espada corta mopamba.
La exposición cuenta con un espacio interactivo, en la que se pueden ver videos colocados en máscaras, tocar el tambor o el arpa, por lo que los visitantes podrán crear sus propios sonidos y establecer conexiones con quienes tocan los otros instrumentos.