«México puede llegar a ser un jugador de importancia en la industria aeroespacial»
Ciudad de México, 03 de septiembre del 2024.- México tiene el potencial necesario para ser un jugador de importancia en la industria aeroespacial en el mundo, sólo requiere inversión en el sector, desarrollo de capacidades humanas y generación de conocimiento, afirmó Pablo Álvarez Fernández, astronauta español de la Agencia Espacial Europea (ESA). Entrevistado antes de la conferencia Rutas hacia el cosmos, en el Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo: lo que pasa en el mundo hispano es que necesitamos creer que de verdad podemos estar ahí, desarrollar tecnología de avanzada y ser punteros en proyectos espaciales.
Resaltó que la labor de la UNAM de formar recursos humanos que puedan fabricar satélites, trabajar en misiones a la Luna y explorar planetas es muy importante para que México esté presente en el futuro de esta actividad. Poseedor de posgrado en ingeniería por la Universidad Politécnica de Varsovia, relató que comenzó a soñar con ser astronauta cuando de niño le contaron que alguien ya había llegado a la Luna. Ahora, tras ser seleccionado en 2022 por la Agencia Espacial Europea, participa en una serie de preparaciones para una misión de seis meses a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). Entrenamiento complejo Es un entrenamiento muy complejo que comenzó hace dos años, y me quedan dos o tres más para cumplir mi sueño de ir al espacio. Se espera que mientras esté en la ISS pueda participar entre 200 y 250 experimentos distintos, tareas de mantenimiento y de instalación de nuevo equipamiento en ese sitio, comentó.
Para Álvarez Fernández, los viajes al espacio no son posibles sin la cooperación internacional. Se trata de un entorno tan hostil y tan remoto que ningún país puede lograr nada por sí mismo. Ni Estados Unidos ni China; todos tenemos que colaborar, planteó, y señaló uno de los mejores ejemplos es la ISS, estructura orbital que sirve de laboratorio, donde se llevan a cabo investigaciones científicas y tecnológicas en un entorno de microgravedad. Son proyectos tan grandes y difíciles que la colaboración internacional es necesaria para lograr transferir tecnología, conocimientos y lecciones aprendidas, porque es un campo que no perdona las fallas. Todo tiene que funcionar perfectamente para lograr el éxito, dijo el tripulante de la ESA, donde la ayuda internacional es parte de su ADN, pues está integrada por 27 países de la Unión Europea. Sobre cómo las expediciones al espacio influyen en la vida cotidiana, mencionó la gravedad.
“Cuando en el laboratorio de la ISS la quitas, pasan cosas inesperadas y se obtienen resultados científicos de mucha utilidad. Por ejemplo, puedes encontrar que las células cancerígenas se comportan de forma distinta cuando las privas de esa condición; están mucho más estresadas y son más agresivas. Entonces, conocer cuál es el mecanismo que hace que esto suceda, puede ayudar a encontrar tratamientos para curarlo. Destacó que el análisis espacial también puede contribuir a fabricar medicamentos que no se pueden elaborar en la Tierra. Sin gravedad, las proteínas se comportan de forma distinta, pues forman cristales mucho más grandes, y eso hace que los fármacos tengan efectos distintos. Mencionó que cuando los astronautas forman parte de las misiones, también son sujetos de varios experimentos. Nuestros cuerpos pierden masa ósea y muscular; nuestro sistema cardiovascular cambia, los ojos se deforman, crecemos hasta 10 o 12 centímetros; la columna vertebral se estira.
Estudiar nuestro cuerpo y los mecanismos de recuperación también contribuye a curar enfermedades como la artrosis. En relación con empresas que impulsan el turismo espacial, como SpaceX, de Elon Musk, y Blue Origin, de Jeff Bezos, consideró que es interesante el desarrollo de tecnología para abaratar costos, y se está intentando que no sólo se hagan viajes de turismo, sino que se pueda incluir algún tipo de experimento. De cara al futuro, lo más importante es que sea lo más sostenible posible. Álvarez Fernández consideró que para la próxima década los avances en este sector estarán marcados por el regreso a la Luna, después de 50 años. Vamos a quedarnos, y seguro que encontraremos cosas que marcarán la forma en que vivimos. El objetivo de estas exploraciones es mejorar la vida en la Tierra.
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