Francia, 15 de enero del 2019.- Es el resultado directo de las protestas de los chalecos amarillos que el gobierno Macron ha interpretado como algo más que una simple demanda puntual. En un gimnasio de la localidad normanda de Grand Bourgtheroulde el presidente francés Emmanuel Macron se encontró con 600 alcaldes: «Quiero que nuestra discusión de hoy sea una discusión libre y les pido que de verdad me digan lo que tienen presente tanto en el corazón como en la cabeza y las propuestas que tienen hoy sobre el país».
Los alcaldes no se han mostrado complacientes con el presidente sino que han formulado demandas con una actitud reivindicativa. La asamblea no ha sido una reunión protocolaria sino que los ediles han planteado lo que han llamado «fracturas francesas».
Jean-François Lemesle, alcalde de la localidad de Cliponville le dijo: «Voy a hablarle a corazón abierto. Creo que Francia está gravemente enferma y creo que va a hacer falta un muy buen médico para curarla. He llevado un cuaderno de dolencias y lo que ha salido de ahí es una gran miseria».
Un centenar de chalecos amarillos se hicieron presente en el exterior del gimnasio donde se reunieron los alcaldes con el presidente francés. La policía lanzó gas lacrimógenos cuando intentaron romper el cordón de seguridad en torno a la reunión. Uno de ellos dijo «Macrón va a tenernos pegados como el mejillón a la roca».
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