Little Richard es el rey del rock, no Elvis Presley, sostienen en serie
Los Ángeles, 24 de abril del 2023.- El rey del rocanrol no murió en Graceland en 1977. Falleció hace sólo tres años en Tullahoma, Tenesí, y en realidad nunca obtuvo la corona que se merecía.
Ese es el argumento del documental de Lisa Cortés Little Richard: I Am Everything, una biografía perspicaz de un héroe poco probable que surgió en la era de Eisenhower.
Cortés sostiene que Little Richard creó la plantilla para el ícono del rock y ella tiene los recibos, rastreando sus influencias musicales y estilísticas a través de todos, desde los Beatles hasta David Bowie, Elton John y Lizzo. Si había un rey, era él.
Apropiado para un miembro de la realeza del rock, Little Richard fue un desastre personal. Pasó de ser un extravagante cantante sin camiseta que asistía a orgías a ser un fundamentalista cristiano reservado que declaró que el rock era “música del diablo”. Esta película conduce a la contradicción.
Pasamos de la casa pobre de Richard Penniman en Macon, Georgia, como uno de 12 niños. Recibía la desaprobación de su padre ministro por ser diferente, y luego la aprobación cuando ganaba dinero.
Pero la cinta es también la historia del rock estadunidense, la forma en que las radios de transistores permitieron a los adolescentes de los años 50 rebelarse contra la música formal de sus padres y cómo las bandas blancas se apropiaron de la música negra. Podría decirse que el pequeño Richard fue el que más sufrió: su aullido absorbido, su golpeteo de piano adoptado, su aspecto andrógino borrado.
“Al sistema no le gustó”, afirma en una vieja entrevista. “No se suponía que yo fuera el héroe para sus hijos”. En cambio, fue cubierto y borrado por Pat Boone y Elvis.
La película incluye nuevos tributos de académicos y colegas artistas como Mick Jagger, Nona Hendryx, Nile Rodgers, Tom Jones y el director John Waters, quien dice que su bigote delgado como un lápiz es un “tributo retorcido” a Little Richard.
Cortés se apoya en la analogía de Little Richard como la llegada de un meteorito: un cometa, un cuásar, un Big Bang, su ADN por todas partes. Ella celebra la rareza de que uno de los más grandes pioneros del rock en la era anterior a los derechos civiles fuera un hombre negro y gay.
Su ascenso fue ese raro momento en Estados Unidos en el que podías congraciarte con la corriente principal exagerando tu rareza. Pero debajo de ese copete y maquillaje de panqueques había peligro para el statu quo. Little Richard hacía música que derribaba los muros de la segregación y celebraba todo tipo de sexo.
Little Richard: I Am Everything se estrenó en Estados Unidos.
Con información de: Ap