Ciudad de México, 12 de marzo del 2025.- Hay bebidas que viajan a través del tiempo y las culturas hasta colarse en las mesas contemporáneas, convertidas en símbolos de bienestar. La leche dorada es una de ellas. Este elixir tibio, aromático y especiado, cuyo color vibrante parece arrancado de un atardecer, tiene raíces profundas en la medicina ayurvédica de la India, donde fue concebida como una pócima curativa hace más de 4,000 años. Hoy, la leche dorada ha conquistado cafeterías de tendencia, cocinas caseras y menús de bienestar, ganando reputación como un remedio natural lleno de historia y propiedades.
¿Qué es y de dónde viene?
La leche dorada —conocida originalmente como haldi doodh— es una infusión de leche (animal o vegetal) con cúrcuma, una especia dorada venerada en la India por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. A esta base se le suman otras especias como jengibre, canela, pimienta negra y, en ocasiones, cardamomo o clavo, según la receta de cada familia o región.
Esta bebida nació dentro de la filosofía ayurvédica, que no concibe la alimentación solo como una fuente de energía, sino como un acto medicinal en sí mismo. La cúrcuma es considerada una especia «caliente», capaz de equilibrar los doshas (tipos de energía) y fortalecer el sistema inmune. Así, la leche dorada fue durante siglos un remedio casero para aliviar resfriados, mejorar la digestión, favorecer el descanso y, con el tiempo, se convirtió en símbolo de cuidado.
¿Para qué sirve la leche dorada?
El auge global de esta bebida no es gratuito. Su fama ha sido respaldada por múltiples estudios que confirman que la cúrcuma, en especial su compuesto activo llamado curcumina, tiene propiedades:
Antiinflamatorias: Ideal para aliviar molestias articulares, dolores musculares y procesos inflamatorios crónicos.
Antioxidantes: Ayuda a combatir el daño celular causado por el estrés oxidativo.
Digestivas: Favorece la producción de bilis y mejora la digestión de grasas.
Inmunológicas: Refuerza el sistema inmune ante infecciones virales o bacterianas.
Relajantes: Combinada con leche caliente y especias, induce una sensación de calma perfecta para conciliar el sueño.
En la medicina tradicional india, se ha utilizado también como remedio para la tos, la gripe y el dolor de garganta, además de asociarse con la mejora de la memoria y la claridad mental.
¿Cómo hacer leche dorada perfecta?
Ingredientes:
- 1 taza de leche (puede ser de vaca, almendra, coco o avena)
- 1 cucharadita de cúrcuma en polvo (o un trozo pequeño de cúrcuma fresca rallada)
- ½ cucharadita de jengibre rallado o en polvo
- 1 pizca de pimienta negra (esencial para activar la curcumina)
- 1 rama de canela (o ½ cucharadita de canela en polvo)
- Miel o endulzante al gusto (opcional)
- 1 cucharadita de aceite de coco o ghee (opcional, para mejorar la absorción de la curcumina)
Procedimiento:
- Calienta la leche a fuego medio (sin dejar que hierva).
- Añade cúrcuma, jengibre, canela y pimienta negra. Remueve bien.
- Cocina a fuego bajo durante 5 minutos para que las especias infusionen.
- Si quieres, endulza con miel y añade aceite de coco o ghee para potenciar la absorción.
- Cuela (si usaste cúrcuma o jengibre fresco) y sirve caliente.
¿Cuándo y cada cuánto tomarla?
En la tradición ayurvédica, se recomienda beber leche dorada por la noche, unos 30 minutos antes de dormir, porque ayuda a relajar el cuerpo y mejora la calidad del sueño. Sin embargo, en rutinas modernas de bienestar, algunas personas la toman en ayunas, como un ritual matutino detox.
La frecuencia ideal es una vez al día durante periodos específicos (por ejemplo, en cambios de estación o momentos de mayor estrés o cansancio). Si bien es natural, la cúrcuma es potente y no se recomienda abusar de su consumo diario durante meses seguidos. Lo mejor es tomarla durante un par de semanas y luego descansar.
Con información de: https://www.eleconomista.com.mx/
