Política

La salida a la crisis que vive el PRI es más democracia: Dulce María Sauri

Ciudad de México, 14 de julio del 2024.- La expresidenta del tricolor señala que en las crisis que enfrentó ese partido en 1988, cuando se “cayó el sistema” y en 2001, luego de perder por primera vez la presidencia, la reconstrucción de ese partido fue mediante ejercicios democráticos Antes de la crisis que enfrenta hoy, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) enfrentó dos momentos difíciles, en 1988 (cuando ocurrió el episodio de la caída del sistema) y en 2001 (luego de perder, por primera vez, la presidencia de la República) y en ambas, la salida fue más democracia, afirma, Dulce María Sauri Riancho.

La experimentada política yucateca, a quien le tocó, como presidenta del Comité Directivo Nacional del tricolor, conducir los trabajos de reflexión y reorganización del partido, luego de la derrota de su candidato presidencial, Francisco Labastida Ochoa, ante el panista, Vicente Fox, en las elecciones de 2000, explica que los priistas que han manifestado abiertamente su inconformidad con los cambios realizados a los documentos básicos de ese partido y a la reelección de Alejandro Moreno Cárdenas en la dirigencia nacional priista, piden al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) tutelen los derechos de la militancia e impidan que el actual presidente del PRI se robe una institución del Estado mexicano. Luego, llama la atención en que en México el sistema de partidos está en crisis, pero lo delicado es que, en 2027, cuando ocurran las siguientes elecciones intermedias para renovar la presidencia la Cámara de Diputados y 15 gubernaturas, la oposición no solo se va a enfrentar a Morena y sus aliados, sino al régimen político.

¿Qué acciones han emprendido los priistas que han manifestado públicamente su inconformidad con las decisiones tomadas por el presidente del PRI, Alejandro Moreno, particularmente la modificación de los documentos básicos del partido? La acción política que está ocurriendo es enormemente gratificante. Ver que cada vez más y más priistas rompen el silencio, en un partido que desafortunadamente confundió durante mucho tiempo la disciplina con la sumisión; hablar, dar sus puntos de vista, aunque sean distintos o incluso encontrados con los de la dirigencia nacional, es en sí mismo ya un logro importante de esta batalla. La otra es la vía jurídica, la vía legal. Hay un plazo de cuatro días para impugnar la asamblea y se está promoviendo la impugnación. ¿Cuál sería el argumento principal? Hay un argumento muy relevante, que es el hecho de que no ha terminado el proceso electoral. El proceso concluye con la calificación de la elección presidencial, por el Tribunal Electoral y esa calificación tiene como fecha límite el 6 de septiembre.

El Tribunal puede adelantarlo, si así lo considera. Pero mientras no se realice esta calificación de la elección presidencial, todavía está el proceso electoral en marcha. ¿Entonces podría ocurrir que el INE, cuando tenga que validar los cambios hechos en los últimos días a los documentos básicos del PRI, pueda decir que no proceden porque legalmente todavía no es tiempo para hacerlo? Hay una cuestión que es relevante, que se está violentando el artículo 34 de la Ley de Partidos Políticos, en donde con toda claridad se señala que no puede haber modificaciones a los documentos básicos del partido, a partir de que inician los procesos electorales. No hay duda de que esto así es. Alejandro Moreno ha mostrado la intención de realizar lo que llama una purga en el partido. ¿Tiene la fuerza para hacerlo? Bueno, si tiene el control de los órganos internos del partido, podría hacerlo. No me cabe duda alguna, aunque no cuente con elemento alguno para fundamentar sus decisiones, pero eso es de mucha menor relevancia frente al hecho de que organizó una asamblea nacional con el único propósito de poder reelegirse al frente del partido.

¿Qué va a pasar si se mantienen esos cambios aprobados en la asamblea del domingo pasado? Lo que va a pasar es que con estos cambios, Alejandro Moreno se va a reelegir por cuatro años más y luego por otros cuatro. Y si hay una interpretación de que son tres periodos de reelección, sería por otros cuatro, o sea, doce años más, más cinco, diecisiete. Pero ya a partir de 2027 y muy particularmente 2030, ya sería absolutamente irrelevante, porque el 2030, si seguimos como vamos, vamos a perder el registro. Después de los resultados de las elecciones del dos de junio pasado, ¿qué es lo que debería estar pasando dentro del partido para mantenerse como una opción política para los mexicanos y, sobre todo, para defender los intereses de quienes votaron por él en las elecciones pasadas? Lo más importante, lo que nos ha salvado en momentos críticos, porque este no es el primero que vivimos, ha sido la democracia interna. Estaba yo ojeando la memoria de la asamblea XVIII de 2021 (luego de que el PRI perdiera por primera vez la presidencia de la república), que me correspondió encabezar como presidente del Comité Ejecutivo Nacional, ahí encontré en sus páginas la razón por la cual el PRI pudo levantarse en 2001, empezar a caminar en 2002, llegar a la elección presidencial en 2012 y ganar la presidencia de la república.

Fue un camino muy largo, pero el primer paso de ese camino largo, el paso que tenía que darse después de levantarnos, porque estábamos tendidos después de la derrota en la elección presidencial, fueron cientos de asambleas municipales, estatales, de los sectores y organizaciones, todas acreditadas y luego la asamblea, la plenaria, que se desarrolló entre el 17 y el 20 de noviembre en cinco ciudades distintas. Cada uno de los documentos básicos: Declaración de Principios, Programa de Acción, Estatutos, Código de ética Partidaria y Visión de Futuro, que estos dos últimos no eran parte de los documentos básicos, tuvo tribunas de debate, así se llamaron. A todos los delegados, se les entregó los documentos, los borradores y los delegados y las delegadas debatieron. En el caso de los estatutos, fueron prácticamente dos días completos en Veracruz. También pasó en el programa de acción en visión de futuro. O sea, hubo un ejercicio de libertad, de democracia interna. Además, otra cosa bien interesante, el Consejo autorizó que asistieran, en calidad de delegados, hasta jóvenes de 16 años. O sea, que no eran ciudadanos todavía. Fue una inyección de juventud muy poderosa. Pero no los invitamos para ponerse una camisa roja y sentarse en una silla y levantar la mano. Los invitamos para construir las ideas, debatirlas, y luego después, para llevarlas a efecto, para llevarlas a cabo. Hay académicos que han estudiado al PRI por décadas y señalan que parte de su éxito, era la permanente renovación de sus cuadros.

¿Qué pasa si se deja atrás el principio de la no reelección? Pues no solamente se deja atrás un principio fundacional del PRI, se deja en el PRI a una dirigencia cuya conducción ha fracasado. Los resultados de las elecciones así lo acreditan. ¿Por qué es importante que el PRI sea una fuerza política viable en el escenario político nacional? ¿Por qué es importante, no solamente para los priistas, sino para los que no son priistas? El sistema de partidos en México está en crisis. Esa es una cuestión y tenemos el enorme reto de construir las oposiciones al nuevo régimen político que surgió de las urnas el 2 de junio (de 2024). El PRI tiene conocimientos, experiencia histórica como para poder contribuir a construir esas nuevas oposiciones. Y hablo en plural, porque no solamente son las oposiciones partidistas donde está ubicado el PRI. Son también las oposiciones ciudadanas. Las nuevas fuerzas que emergieron en la pasada campaña electoral, que apoyaron la candidatura de Xóchitl Gálvez y que van a encontrar sus propias formas orgánicas de expresión ciudadana. Tejer el frente opositor implica tener partidos políticos que tengan la capacidad no solo de sobrevivir, sino de adaptarse a un entorno altamente adverso.

A diferencia de lo que pasó entre 1997 y 2024, en que había una competencia entre partidos políticos con un sistema de partidos políticos regulado por una legislación democrática, que propiciaba la competencia en condiciones de igualdad entre los partidos, a partir del próximo 1 de septiembre, cuando emerja este régimen autoritario, hay que empezar, a construir, conscientes de que en 2027 las oposiciones se van a enfrentar al régimen político. No se van a enfrentar a un partido político. Hay quienes sostienen que el PRI se creó para colaborar a que los caudillos fueran sustituidos por las instituciones del México del siglo XX, pero ahora, casi un siglo después de eso, vemos a un sistema de partidos donde cada uno está controlado por una persona o por muy pocas personas. ¿Qué reflexión deberíamos estar haciendo sobre eso? La perdición de cualquier organización política es la falta de democracia. Concentrar las decisiones, imponer y además considerarse indispensables y asumirse como el factor, el único factor, es verdaderamente garantizar que esa institución, ese organismo está en riesgo de fracasar rotundamente o de morir, para hablar de esta manera.

Eso ha estado pasando al PRI. En los dos grandes momentos difíciles que ha vivido el PRI, como fue después de la elección de 1988 y como fue después de la derrota en la presidencia en 2001, la salida fue más democracia. Escuchar al priismo, trabajar con los priistas, con las priistas, reconocer los errores y a partir de ese reconocimiento empezar a construir lo nuevo. Es exactamente lo que no se ha hecho ahora. Con Alejandro Moreno no se puede hacer. En la asamblea del domingo, el PRI aprobó declararse abiertamente en contra del neoliberalismo mediante una adición a su declaración de principios y se presenta como un partido que proyecta una política de derechos de programas sociales. De hecho, dice respaldamos los programas sociales como vías para el desarrollo de los mexicanos.

¿Eso cómo debe interpretarse? Es muy difícil decirlo, porque cuando no hay debate interno, cuando de buenas a primeras llega un documento de esas características, está en la declaración de principios, por cierto, pues no sabe uno qué decir. A mí me hubiera gustado tener la oportunidad de debatir qué significa la justicia social en la tercera década del siglo XXI en México. ¿Cuál es el verdadero sentido de ese principio de la justicia social ahora? ¿Qué significa el nacionalismo? ¿Qué significa el nacionalismo en la tercera década del siglo XXI? Un nacionalismo abierto, moderno, defensor internacional de los derechos humanos, de las libertades en el mundo. Pero no hubo manera.

¿Gusta agregar algo? Pues vamos a seguir adelante con la impugnación. Yo espero que las autoridades electorales, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el Instituto Nacional Electoral, que va a recibir las reformas a los documentos básicos, consideren y tutelen los derechos de la militancia del PRI e impidan que Alejandro Moreno se robe una institución del Estado mexicano.

con información de https://www.eleconomista.com.mx/

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