La OCDE confía en un estímulo fiscal concertado para acelerar el crecimiento
Se trata de aprovechar la «ventana de oportunidad» que suponen los tipos de interés históricamente bajos, que ofrecen margen durante unos años para activar un estímulo fiscal, destacó este lunes el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría.
En su nuevo informe de perspectivas, la OCDE cuenta con esa política expansionista para elevar la progresión del producto interior bruto (PIB) mundial de 2.9% que espera en 2016 (la misma cifra que había anticipado en septiembre) a 3.3% en 2017 (una décima más) y a 3.6% en 2018.
La economista jefe de la OCDE, Catherine Mann, advirtió de que sin ese impulso fiscal el ascenso del PIB global se quedaría en torno a 3% en los dos próximos ejercicios, y afirmó que con una acción concertada y continuada de los tres grandes bloques económicos se podría volver a una cadencia de 4%, como sucedía antes de la crisis.
Gurría reconoció que las expectativas generadas en los mercados por el programa económico de Donald Trump -con un paquete fiscal masivo para inversiones en infraestructuras y rebajas de impuestos- preludian una aceleración de la actividad, y señaló que coincide con los consejos que la propia OCDE viene dando desde hace dos años.
No obstante, tanto él como Mann advirtieron contra los efectos de otra de las promesas del próximo presidente estadounidense, las medidas proteccionistas en el comercio.
A ese respecto, hicieron notar que el avance del comercio mundial este año va a ser inferior al del PIB, una situación que solo se ha dado tres veces en los tres últimos decenios y que está en relación con el creciente número de barreras a los intercambios: de menos de 100 en los países del G20 en 2008 se ha pasado a 1,200 en el primer semestre de 2016.
De acuerdo con los cálculos de la organización, facilitar el comercio a medio plazo supondría 1.5 puntos de PIB suplementarios en el mundo respecto a un escenario de referencia sin cambios, mientras que imponer restricciones a los intercambios amputaría 1.5 puntos.
Más allá de estas hipótesis, la OCDE revisó al alza sus cálculos sobre la economía de Estados Unidos, que crecerá este año 1.5% (una décima más de lo calculado en septiembre), 2.3 % en 2017 (dos décimas más) y 3% en 2018.
Sobre el Reino Unido, la OCDE mostró una percepción menos negativa que hace dos meses, ya que elevó en dos décimas sus cálculos para 2016 (2%) y para 2017 (1.2%).
Pero persistió en su diagnóstico de que las perspectivas son «considerablemente más débiles» que antes de que los británicos votaran en junio por su salida de la Unión Europea, y eso pesará sobre todo a largo plazo. Para 2018, el alza del PIB se limita a1%, el más bajo de los países del G7 junto a Italia.
La OCDE anticipó para China un crecimiento no tan exhuberante como en los años anteriores pero sin bajas abruptas. Tras el 6.9% de 2015, debería situarse en 6.7% en 2016 (dos décimas más que en septiembre), en 6.4% en 2017 (otras dos décimas más) y en 6.1% en 2018.
En cuanto a Brasil -otro de los grandes países emergentes que no pertenecen a la organización- su análisis es que este año la recesión va a ser más dura de lo que calculó en septiembre (-3.4 %, una décima menos), pero que ya hay signos de una recuperación, lenta y progresiva.
Eso se traducirá en que el PIB brasileño ya no caerá, como se temía hasta hace dos meses, sino que se quedará estancado.
Con información de: http://expansion.mx/