La obesidad puede dañar a tu hígado tanto como lo hace el alcohol, advierte médico
Hablar de obesidad es hablar de una de las enfermedades que más afecta a nivel mundial. Tan sólo para el año 2016, más de 650 millones de personas eran obesos, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La obesidad es un exceso de tejido adiposo o de grasa en el cuerpo humano. Esta enfermedad no sólo es un problema estético, también aumenta el riesgo de contraer problemas de salud como afecciones cardiacas, diabetes y presión alta, así lo indica un artículo publicado por Mayo Clinic.
En entrevista exclusiva con la Dra. Claudia Chávez, nutrióloga del grupo multidisciplinario Vivir sin sobrepeso en México, nos explicó:
En el caso de las mujeres, si más del 32% de su peso es grasa quiere decir que hay obesidad, mientras que en los hombres es más del 25%.
La genética en la obesidad
La genética es uno de los factores que influye en la obesidad, aunque no es todo. De acuerdo con la doctora Chávez, las personas suelen almacenar más grasa en ciertas zonas del cuerpo como las mejillas, las caderas o en el abdomen, lo cual está determinado genéticamente.
Desde antes del nacimiento de una persona se puede saber si es propensa a sufrir obesidad. Al existir un espermatozoide de un hombre obeso, los genes que lleva pueden favorecer la ganancia de peso en el bebé, así lo indica la doctora Claudia Chávez.
Además de la genética, hay otros factores que pueden sumar al riesgo de tener obesidad, como son los factores sociales, psicológicos y, por supuesto, la inactividad y la falta de una alimentación balanceada.
En su práctica, la Dra. Chávez ha tenido pacientes que han sufrido abuso tanto sexual como psicológico. Esos traumas pueden predisponer y ser un factor de la obesidad:
La obesidad y sus daños
El hígado, de acuerdo con información del Hospital Stanford Children’s Health, segrega bilis para regular la mayoría de los niveles de sustancias químicas en el organismo. Esta sustancia también ayuda a transportar los desechos desde el hígado.
Si hay un exceso de tejido adiposo en el cuerpo, el organismo comienza a mandar la grasa hacia el hígado. Y si el hígado está demasiado cargado de grasa, empieza a fallar y no puede ayuda a eliminar los desechos del organismo correctamente.
El hígado, al recibir grandes cantidades de grasa, se empieza a inflamar y aumenta su tamaño. Es un efecto similar al de una esponja que al tener contacto con el agua se expande, así lo explicó la Dra. Chávez.
El problema surge cuando el hígado se mantiene lleno de grasa por mucho tiempo, de tal suerte que ya no podrá realizar sus funciones. Las células del tejido empiezan a morir, por lo que se forman cicatrices en el órgano.
Con el alcohol sucede algo similar, pues una ingesta excesiva comienza a matar a las células que hay en el hígado. La nutrióloga Chávez menciona que al final esta sustancia se transforma en grasa que afecta al órgano. Tanto la obesidad como el alcohol pueden traer repercusiones similares al hígado.
Cuando hay un exceso de grasa, ésta se filtra en órganos vitales como el hígado y el corazón. También puede afectar al páncreas y a las arterias, desarrollando futuros problemas de salud como hipertensión, diabetes, accidentes cerebrovasculares e incluso cáncer, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades.
Prevención
El hígado graso puede tener solución si se encuentra en la primera etapa, cuando las células aún no se dañan. No obstante, si ya existe una cicatrización, ya no se puede hacer nada para revertir los daños.
Para evitar que la grasa no sólo llegue al hígado (y tampoco a otros órganos) es importante llevar un plan de alimentación adecuado, así como incluir suplementos. La doctora Chávez recomienda comer mucha verdura, por lo menos cinco tazas al día.
En cuanto a actividad física, se debe realizar al menos 150 minutos semanales de cardio, con una intensidad moderada. En caso de que no se pueda realizar ejercicio, recomienda dar 10 mil pasos al día.
Como conclusión, la nutrióloga Chávez considera que para combatir la pandemia de obesidad, es importante incluir políticas que regulen la industria de los alimentos, tanto en la mercadotecnia como en los procesos de fabricación.
Asimismo, destaca que se necesitan ambientes más saludables en donde la gente pueda hacer ejercicio de manera accesible y segura.
Con información de: https://www.vix.com/