La investigación dice: NO a bebidas azucaradas
10 de febrero de 2016.- Algunas décadas atrás, el consumo de bebidas azucaradas (BA) era moderado en los países más ricos y casi nulo en los pobres; sin embargo, este consumo ha crecido en las últimas décadas, al igual que el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades derivadas.
Ante esta crisis de salud, las estadísticas y la evidencia científica se han convertido en el mejor aliado de organizaciones que buscan revertir esta tendencia, así lo manifestó Michael F. Jacobson, director del Center for Science in the Public Interest (Centro para la Ciencia en el Interés Público CSPI), durante la presentación en México y Estados Unidos del documento “Carbonating the World” (Carbonatando al mundo).
El documento explica que la investigación científica ha determinado que el consumo en exceso de estas bebidas aumenta el riesgo de caries, obesidad, diabetes y cardiopatías.
En EU esta información, acompañada de una larga lucha, ha contribuido a reducir 25% el consumo de bebidas azucaradas per cápita entre 1998 y el 2014, cuando, según lo dicho por Michael, “se ha visto reducida la epidemia de obesidad en los adolescentes y la diabetes tipo 2. Estoy seguro de que, aunque el consumo de estas bebidas no es la única causa, sí ha ayudado en gran medida”.
También ha habido disminuciones en otros países de altos ingresos. Sin embargo, no es el caso a nivel internacional.
Las ventas en EU bajaron de 48,000 millones en el 2012 a 46,000 en el 2014.
Coca-Cola, PepsiCo y otras compañías siguen las tácticas de la industria del tabaco realizando fuertes inversiones para alcanzar a nuevos clientes en países de ingresos medios y bajos.
El informe revela que las empresas de bebidas azucaradas están invirtiendo más de 1,000 millones de dólares al año en países de ingresos bajos y medios como Brasil, China, India y México.
Así, nuestro país es el mejor ejemplo en donde se pueden ver los efectos de la intensa comercialización de BA con una de las tasas más altas de obesidad y diabetes en el mundo.
El informe asegura que el gobierno mexicano está intentando revertir esta crisis de salud mediante la aplicación de un modesto impuesto especial sobre bebidas azucaradas, incluso varias empresas voluntariamente han divulgado el contenido calórico en los envases de sus productos, pero se han opuesto a la legislación y sus tímidas medidas de autorregulación han hecho poco para frenar su comercialización o consumo.
Datos y evidencia científica
En México, el consumo per cápita de BA se encuentra entre los más altos del mundo, con 135 litros en el 2013; entre 1999 y el 2006 el consumo se duplicó en algunos grupos de edad y se triplicó en otros.
Además, Coca-Cola FEMSA duplicó sus ingresos en México entre el 2008 y el 2013. Esta empresa planea invertir 8,200 millones de dólares entre el 2014 y el 2020, mientras que PepsiCo, 5,000 millones en cinco años.
Por otro lado, Fiorella Espinosa, investigadora en salud alimentaria de El Poder del Consumidor, explicó que en niños el consumo de una porción de 350 mL al día de BA incrementa el riesgo de ser un adulto obeso en 60% comparado con quienes no la consumen.
Además, el consumo de 150 kcal extras al día proveniente de BA causó 11 veces más riesgo de desarrollar diabetes que el consumo de las mismas 150 kcal provenientes de otros alimentos, según el estudio de R. Lustig.
El director del CSPI aseguró que por muchos años las empresas han invertido en los países para influir en los gobiernos, pero llega un momento en que la investigación científica y los efectos que se sienten llegan a ser un poder igual o más fuerte que el poder del cabildeo, y es por eso que la industria está tan a la defensiva.
Regresivo, impuesto al refresco
Especialistas de la Universidad Autónoma de Nuevo León calificaron de regresivo y con efectos nocivos a la economía el impuesto de 1 peso por litro a bebidas saborizadas, que se impuso en enero del 2014; además de que su efecto en el combate a la obesidad fue mínimo, porque el mexicano dejó de beber en promedio solamente 15 mililitros de este producto por día, equivalente a una cucharadita o un sorbo.
Durante la presentación del estudio “La industria de las bebidas no alcohólicas en México”, elaborado por el Centro de Investigaciones Económicas de la UANL, el especialista Daniel Flores explicó que la reducción en el consumo de bebidas saborizadas a partir del impuesto y hasta finales del 2015 fue de solamente 3 por ciento.
“Esto es equivalente a 6.3 kilocalorías diarias por persona, en una dieta de 3,024 kilocalorías de los mexicanos, cuando lo recomendado son 2,000 kilocalorías”, detalló.
El especialista explicó que el consumo de refrescos es poco sensible a los cambios en precios y, por otro lado, no es la principal causa de obesidad en el país, pues se estima que su consumo medio por persona en los últimos años fluctúa entre 350 y 500 mililitros diarios, el equivalente a tan sólo 5 y 7% de la ingesta calórica diaria del mexicano.
“Es imposible sostener que el consumo de refrescos sea el causante principal de obesidad en el país. Aun eliminando por completo el consumo de refrescos, la dieta común del mexicano excedería la recomendación de la OMS”, puntualizó el reporte. (Con información de Karina Hernández Mundo)
Nelly Toche | El Economista