La Constitución de 1917 y la Dignidad Humana en México | Esteban Ángeles Cerón
El centenario de la Constitución Mexicana ocurre en un momento histórico, donde la unidad, la soberanía y la integridad nacional son puestos nuevamente a prueba, imponiendo el mandato de defender nuestro derecho de autodeterminación.
Nuestro contrato social cifra la construcción de una sociedad de iguales, donde la evolución de la estructura de obligaciones y el imperio del Estado de Derecho, se erige en la vanguardia de un pueblo que desde su independencia, dignidad y respeto de los derechos humanos, responde a los desafíos internos como Nación y hace frente a las amenazas externas, enalteciendo los principios de convivencia pacífica que deben privar entre los individuos como entre las naciones.
Desde este apotegma Juarista, nuestra Constitución reivindicó los derechos humanos, siendo fuente de concordia y semillero de paz, permitiendo –conforme a la visión de Octavio Paz- la auto comprensión de la realidad y la catarsis de la libertad y la justicia, admitiendo que “sin libertad, la democracia es despotismo, y sin democracia, la libertad es una quimera”.
Como lección histórica, las palabras de aquellos insignes mexicanos se unen a la conmemoración del centenario de nuestra Constitución, y la honran como la primera que en el mundo reconoció los derechos sociales, e hizo de la ley, la voz de los oprimidos en América Latina.
La coyuntura que genera el combate a la corrupción, la violencia y la pobreza, y la amenazante política norteamericana, constituyen una oportunidad para co crear soluciones a nuestros problemas y en particular para reflexionar, proponer y responder los cuestionamientos que hoy nos aquejan como sociedad.
¿Cómo hacer efectivo el combate a la corrupción desde la acción social y el federalismo?
¿Cuál debe ser la visión de un nuevo modelo económico, que abata la desigualdad y rompa la disparidad de las fuerzas políticas y económicas que la alimentan?
¿Cómo damos un nuevo cauce a nuestras acciones políticas, económicas, sociales y culturales para lograr una efectiva Reforma del Estado, que potencie nuestro desarrollo en el concierto internacional?
Ante los retos de este escenario incierto, referidos como una complejidad compleja por el Dr. Edgar Jiménez, para describir “…una realidad que convive con el pasado, con el presente y con el futuro al mismo tiempo”; que nos liga con actores diversos en un mundo globalizado y donde incluso, lo ilógico e irreal, se vuelve lógico y real.
Al iniciar este mes de festejos constitucionales, transmito la convocatoria del Consejo Consultivo Ciudadano del Estado de Hidalgo, para participar en amplias jornadas de reflexión y deliberación sobre los temas vitales que nos laceran e impactan negativamente nuestra calidad de vida.
Como Organismo Público Autónomo, asumimos este compromiso social, atendiendo con respeto y gran responsabilidad, el llamado a la Unidad Nacional para resolver internamente nuestras dificultades y enfrentar juntos los agravios y amenazas de fuerzas externas. No podemos permitirnos que el centenario de nuestra Constitución transcurra remembrando con nostalgia el pasado, alegando su obsolescencia para evadir lo que pudimos y debimos haber realizado.
Trabajaremos en comisiones, foros, mesas y conversatorios; habremos de utilizar las herramientas tecnológicas y de comunicación para motivar la innovación social y generar propuestas para eficientar la acción pública y concretar en paz los principios constitucionales.
Propugnaremos por la participación libre, abierta, plural e incluyente de los actores gubernamentales y de las distintas fuerzas políticas, de cámaras empresariales y asociaciones gremiales, de Instituciones de Educación Superior y sus académicos, así como de la sociedad civil organizada y de la ciudadanía hidalguense, sectores fundamentales del pacto social que nos une, en el que la ciudadanía es la génesis de la defensa del Estado en este momento crítico de nuestra historia.
La sinergia social que vivimos abre una ventana de oportunidad que no puede pasar inadvertida, porque permite enfrentar desde una lógica de ciudadanización de la política, los retos que presuponen para nuestra soberanía, las acciones arbitrarias, avasalladoras, xenófobas, injustas y aislacionistas del gobierno de Donald Trump.
Estas amenazas geopolíticas del gobierno norteamericano, demandan administrar en la inmediatez, la complejidad compleja utilizando la experiencia histórica de políticas intervencionistas padecidas a manos de James K. Polk y Napoleón III, para enfrentar con dignidad el presente y garantizar la sustentabilidad nacional al amparo de nuestra vasta tradición diplomática consagrada en los principios Constitucionales.
Honrar la Constitución desde la unidad ciudadana, merece una conmemoración que la haga valer, para que no sea letra muerta, ni constituya un catálogo de buenas intenciones o de voluntades políticas fallidas, que muestran desolación y desesperanza social.
La mejor evocación de sus principios demanda de sociedad y gobierno, el diseño corresponsable y la operación de estrategias inmediatas y de largo plazo que cimenten en la integridad y probidad institucional, el fortalecimiento de la unidad nacional y un mayor activismo diplomático y paradiplomático que dignifique nuestra identidad y soberanía para enfrentar la nueva “twittocracia” norteamericana.
La Constitución cobra vida y legitimidad cuando la justicia se traduce en el fortalecimiento de la sociedad; cuando la armonización institucional concreta las aspiraciones de la población; cuando el ejercicio público no es un laberinto de opacidad, sino el ámbito de la transparencia y la rendición de cuentas; cuando el ciudadano no es percibido como ajeno o como el objeto residual de la verticalidad de la toma de decisiones, sino como la génesis de todo poder del Estado.
Conmemoremos cien años de nuestra Constitución sin olvidarnos de sus orígenes. Evoquemos la máxima conquista social de nuestra historia, la edificación de una sociedad basada en la dignidad humana, la solidaridad y la igualdad social.
Es necesario concretar la Reforma del Estado construyendo nuevas directrices que aseguren la justicia constitucional, cuyo valor propicie las oportunidades que exige una sociedad compleja y dinámica, como la mexicana.
Agenda
- El Presidente Peña Nieto anunció el inicio de la etapa de consulta abierta con los diferentes sectores de la sociedad, entre ellos el productivo, con el propósito de plantear la ruta de las negociaciones con Estados Unidos, la ampliación de la integración comercial, y la integración de las propuestas para la renegociación del TLC.
- Se anunció la campaña para relanzar el sello “Hecho en México”, como estandarización de la calidad de los productos mexicanos en el comercio internacional.
- El Gobernador Omar Fayad Meneses, acompañado del Secretario de Economía del Gobierno Federal Ildefonso Guajardo Villareal, anunció el inicio de operaciones de la armadora de automóviles chinos JAC, en Ciudad Sahagún, Hidalgo, que generará mil empleos directos y cuatro mil quinientos indirectos.
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