Joaquín Sabina ¡Hasta siempre!
- El cantautor español comenzó su despedida de los escenarios, tras más de 45 años de carrera, y lo hizo en el Auditorio Nacional, ante 10 mil personas
Ciudad de México, 28 de enero del 2025.- La despedida de los escenarios del cantautor Joaquín Sabina comenzó y el Auditorio Nacional en México fue el elegido para tal momento histórico en la música, tras más de 45 años de trayectoria y miles de oídos y gargantas contagiadas por sus historias hechas música.
Hola y adiós fue el título elegido de este tour por el también poeta y pintor originario de Úbeda, España, quien este próximo 12 de febrero celebrará su cumpleaños 76 justo en nuestro país, luego de amplificar su canto el 1, 4, 10 y, justo, 12 de febrero en el recinto de Paseo de la Reforma.
Los de 70, 60 y 50 años acudieron a la cita con sus mejores galas o con aquel pantalón de cuero, botas negras y chamarra de mezclilla que evocó aquellos primeros años en los que escuchó al hoy ganador del Goya por Mejor canción original 2022 por Sintiéndolo mucho. Pero los de menor edad no faltaron, quizá sin demasiada gala, pero con el interés de escuchar al que alzó la voz con su poesía e hizo de la música su pancarta ante el mundo.
El compositor comenzó su primer concierto anoche, a las 20:45 horas, con Un último vals, que iluminó las pantallas con tal video, aún sin su presencia en el escenario.
Fue hasta las 20:48 horas cuando sus músicos se acomodaron, entre una luz azulada, y presagiaron la llegada del cantautor.
Un minuto después estaba ahí y una ovación se despertó a su saludo con una sonrisa. Se sentó, tomó la guitarra y así empezó con Donde habita el olvido.
«Heme aquí, eligiendo este repertorio, temiendo que el olor a despedida tenga mustio sabor a velatorio. Por eso le suplico al Auditorio que me ayude a jugar esta partida.
«Mueran los callejones sin salida, que el beso y la canción sean un jolgorio. Gocemos hoy de estar juntos, ahora que el desamparo no venga con prisas.
«Que nos sorprenda cantando la aurora, al fin y al cabo, tantas emociones compartidas merecen unas risas. Para eso se inventaron las canciones. ¡Buenas noches, México!”, expresó Joaquín Sabina muy a su manera.
Lágrimas de mármol siguió en el repertorio, tras este soneto que fueron sus primeras palabras ante las 10 mil personas ahí reunidas.
«Muchas gracias por venir una vez más. Éste no es un lugar cualquiera para nosotros. Mi primera gira americana hace un montón de años empezó aquí y nunca me arrepentí de seguir empezando aquí, en esta gira que es la última».
«Por ese motivo hay un poquito de nervios, pero también de emoción. Así que eternas gracias a todos”, señaló antes de Lo niego todo y Mentiras piadosas, que fueron coreadas de principio a fin.
Un trago de agua y un “gracias” del eterno bohemio quien, con un elegante sombrero, partió plaza como el mejor de los toreros, con su poesía como capote, llegando a los corazones arrojados hacia sus canciones como Ahora.
«Cuando uno vive tantos años y hace tantas giras y vuelve tanto a los sitios que el corazón de uno elige, uno tiene la suerte de ir haciéndose de amigos.
«En un México, que es un país tan querible y hospitalario, uno se va haciendo de amigos importantes con quienes no sólo hay reciprocidad y cariño, sino que, en este caso, son unos maravillosos, aparte de amigos, escritores. Quiero dedicar esta canción a Ángeles Mastretta y Héctor Aguilar Camín”, dijo para interpretar Calle Melancolía, un tema de hace 45 años, perteneciente al álbum Malas compañías.
Sabina resonó con 19 días y 500 noches en la que recalcó la frase ‘hola y adiós’”.
«Hablando de los amigos que tengo en México hay un par de nombres. Lo curioso y emocionante es que tengo amigos de los que no sé siquiera sus nombres y me mandan regalitos.
«Por ejemplo, me mandaron ayer un pequeño video de Xochimilco donde habían arreglado trajineras con mis canciones. Como no sé sus nombres les dedico esta canción”. Y así retumbó Quien me ha robado el mes de abril.
Explicó enseguida que fue hace alrededor de dos años cuando visitó México –con su gira Contra todo pronóstico, en 2023–, por lo que esta vez, en su despedida, hicieron un esfuerzo “para no repetirnos tanto, buscando canciones que no solíamos cantar en las últimas giras, por ejemplo, la que viene”, como Más de cien mentiras, con la que aprovechó para presentar a sus siete músicos.
Joaquín Sabina reveló que, aunque siempre tuvo un don y una afición para escribir canciones, no tenía la mejor garganta para cantarlas y pensó que sus músicos lo harían mejor que él: “Ahora me van a entender”.
Con tal preámbulo, dejó en solitario a sus músicos y a su corista Mara Barros como la voz de Camas vacías, seguida de Jaime Asúa, con Pacto entre caballeros.
«Yo conocí a la Gordita Galindo (María Elena Galindo) porque siempre estaba con Serrat y ahora está siempre conmigo y le dedico esta canción”. Con esta nueva dedicatoria sonó Peces de ciudad.
Medias negras y Una canción para la Magdalena hicieron de la velada un refugio para cantar en conjunto, con el de al lado, el de enfrente o el de atrás.
Después de recitar su poema Puntos suspensivos, Sabina y Mara cantaron Por el bulevar de los sueños rotos.
Mara, con un talento desbordado, abrió Y sin embargo º te quiero, un tema tan coreado, que Sabina agradeció al público.
Noches de boda fue para sus empresarios en México, René y Aurora, y fue seguida del himno amoroso y despechado Y nos dieron las diez.
Para entonces, eran las 22:32 horas y Sabina se iba con sus músicos, tras agradecer con una sonrisa.
Pero como era de esperarse, nadie se fue. Entre repetidos gritos de “¡Joaquín, Joaquín!” y “¡Sabina, Sabina!”, más lucecitas encendidas de los celulares, que parecían estrellas, los músicos volvieron para La canción más hermosa del mundo y Sabina la cerró, para abrir el alma con Tan joven y tan viejo, cuya ovación fue de pie, larga, conmovedora, ante los ojos brillantes de un cantautor “tan joven y tan viejo”, tan excepcional ante tantas generaciones, que se quedó sin habla por unos minutos ante tales muestras de amor de sus escuchas.
«¿Si sabías, verdad, que sois el mejor público del mundo?”, dijo, aguantando la emoción de su mirada.
Tras Contigo agradeció: “Ha sido un enorme placer, como siempre, más que nunca”. Y así, con Princesa dio punto final a éste, su primer concierto de despedida, a las 22:57 horas.
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